Repercusiones de la COVID-19 en la seguridad alimentaria en poblaciones indígenas del Perú

Colabora: Administrador

Publicado: 23 Nov, 2020

Por: Roxana Carpio Almonte

EL MAL DE LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA EN TIEMPOS DE LA PANDEMIA.

El hambre es otra pandemia: en el Perú, 4.5 millones de personas pueden pasar un día o varios sin comer, en el contexto de la pandemia del COVID-19(Fuente: IGH). Es decir,  ésta considerable cantidad de población peruana -en donde obviamente están incluidas nuestras poblaciones indígenas- soporta preocupantemente dos pandemias en la actualidad.

La señora Hilda y su pequeño hijo de tres años, son parte de ese grupo de peruanos que,  en el día a día carecen de alimentos y agua potable  -también otras carencias como luz eléctrica y puertas en su casita-. Los vecinos de Hilda, a la cabeza de don Leoncio Chino,  se han solidarizado con ella y su niño; ellos emprendieron un llamado a la colectividad para que las personas que tengan la posibilidad, puedan apoyarles.   Hilda, es una mujer quechua migrante de origen rural, vive en  lejanas periferias del distrito de Juliaca, en la región Puno. Ella está enferma y adolece de una leve cojera.  Antes de la pandemia, se sustentaba realizando trabajos domésticos temporales. El caso de Hilda y su inocente niño, es la muestra sumamente dolorosa de la realidad de miles de peruanos indígenas migrantes, que han ido en búsqueda de un futuro mejor, pero han encontrado otra vil realidad.

El futuro posterior a la pandemia del Coronavirus, también resulta desalentador, pues  la situación del hambre en el Perú retrocedería entre dos y seis años,  según el informe realizado por la red Alliance2015. Proyecciones a futuro, indican que, los territorios de la selva y sierra del Perú serían los más afectados, porque podrían destruir más de una década de avances, según el  Índice Global del Hambre en el Perú (IGH).

EL GOBIERNO NACIONAL Y SU NIVEL DE COMPROMISO CON EL AGRO Y LA GANADERÍA EN MEDIO DE LA ACTUAL PANDEMIA.

Promover la seguridad alimentaria es garantizar la vida y, una de las principales acciones estratégicas para la seguridad alimentaria, es promover la agricultura y la ganadería;  ésta actividad, es uno de los medios de subsistencia principalmente para los pueblos indígenas y también para todo ser vivo en éste planeta.

Sin embargo, el gobierno peruano, no ha logrado empatizar con la agricultura, ni siquiera en éstos contextos de pandemia, en el que se ha visibilizado la vital importancia de nuestros hermanos y hermanas agricultores en la seguridad alimentaria. El gobierno viene priorizando el extractivismo que claramente  viene deteriorando el medio ambiente en diferentes regiones del país.

“Los agricultores y ganaderos nos hemos visto muy afectados por la pandemia, las autoridades difícilmente nos están apoyando,   no tenemos semillas suficientes para sembrar, hemos sembrado muy poco, no es como los otros años, porque no tenemos fondos (dinero). Pero sabemos que se les están dando a las grandes empresas mineras, a los productores  no se nos da”, afirma preocupada Marcela Gonzáles Yanqui, presidenta de la Asociación Departamental de Mujeres Campesinas de Puno (ADEMUCP).

También expresa que con ésta situación, la seguridad alimentaria en sus comunidades viene peligrando. “Se nos ha dado el bono de alimentos, con eso no hemos ayudado a comprar en éstos meses otros productos alimenticios necesarios, que no hay en la zona, pero específicamente un bono agrario, no se ha dado”.

Marcela, me cuenta que las parejas de la mujeres, antes iban al pueblo para trabajar adicionalmente como albañiles, mototaxistas, etc., pero que por las restricciones naturales de la pandemia COVID-19, se ha restringido, lo cual también es una dificultad, porque era parte de sus ingresos económicos.

Según la base de datos del Ministerio de Economía y Finanzas, las mineras recibieron prestamos por más de S/ 455 millones de Reactiva Perú.  Mientras que, para los agricultores, tras más de cien días,  el Fondo Agrícola Empresarial (FAE AGRO) no coloca ningún crédito y solo ha subastado el 2.2% del total.  Situación condenable, ya que las familias agricultoras vienen atravesando grandes pérdidas, siendo los mayormente afectados  más de 2.2 millones de pequeños productores  agrarios.

Otro sector afectado y vital para los pueblos indígenas, es la ganadería.  “Muchos han tenido que botar su leche y quesos. Se pidió que Qali Warma comprara a los agricultores directamente, pero hay varios candados. Lo único que se necesita es voluntad política para resolver este tema”, afirmó Novoa Vargas, presidenta de la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (AGALEP), para La República.

 “Como respuesta a la actual situación es importante que el gobierno deba nombrar, así como ha hecho con otros grupos de trabajo, debe  habilitarse el comando de seguridad alimentaria”, sustentó Fernando Eguren,  director del Centro peruano de Estudios Sociales (CEPES).

Pero no todo es desolador en éste periodo de la pandemia;  hace unos días se logró la  promulgación de la ley n° 31071 “Ley de compras estatales de alimentos de origen en la agricultura familiar”, una propuesta promovida por CONVEAGRO en el II Pleno Agrario. Ésta es una conquista justamente alcanzada para ésas 2,2 millones de familias -que habíamos señalado líneas arriba-  que están dedicadas a la agricultura familiar.

Y ¿Qué cómo se hará efectiva? La respuesta es, que los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales, Ministerios, Programas Alimenticios estatales deberán  obligatoriamente comprar como un mínimo el 30% de productos alimenticios de consumo humano a los agricultores familiares y ganaderos de todo el Perú.

SOLIDARIDAD ALIMENTARIA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

No cabe duda que el allin kausay (bien común) aún palpita fuerte en las culturas andinas del Perú. El Coronavirus  nos viene mostrando su crueldad al rojo vivo; pero por otro lado, muchos pueblos vienen expresando  en acciones una solidaridad digna de imitar en lo que refiera a la alimentación en tiempos de la pandemia.                       

“Buen día a todos del distrito de Huatasani, mediante el presente medio ponemos en conocimiento que las autoridades y miembros en general de la comunidad de Ccanco en pleno acuerdo decidimos, que las canastas básicas familiares destinadas para nuestra comunidad sean destinadas para familias vulnerables del distrito, ya que la comunidad de Ccanco en mutuo acuerdo decidimos no recibir las canastas y que éstas sean destinadas a las personas realmente vulnerables del pueblo. Esperemos que el señor alcalde pueda designar correctamente el apoyo para conocimiento del público. Gracias”.  Son líneas expresas del comunicado en el acta firmada por los habitantes indígenas de la comunidad de Ccanco, en el distrito de Huatasani, provincia de Huancané, en la región Puno.

Otro acto de solidaridad, aconteció en la provincia de Melgar, de la región Puno;  la Asociación Productores Hatun Phinaya Qhitampari del distrito de Nuñoa, repartieron leche a los pobladores. Fueron aproximadamente 300 las familias quienes se beneficiaron gratuitamente con ésta bebida nutricional.

Estas dos ejemplares acciones, nos reafirman que nuestras poblaciones indígenas, aún mantienen el principio del allin kawsay (bien común), como parte del vivir cotidiano. 

EXPERIENCIAS DE APOYO Y  RESILIENCIA ALIMENTARIA EN PUEBLOS INDIGENAS DEL PERÚ,  EN MEDIO DE UNA CRÍSIS SANITARIA

Desde el Centro Sur a la Amazonía: mujeres y hombres indígenas vienen asegurando la alimentación de sus familias.

La resiliencia  de las mujeres indígenas, reluce también ahora, ante esta crisis múltiple generada por el COVID-19. Por ejemplo, en la región Ayacucho  se vienen adoptando medidas para aprovisionar de hortalizas a cerca de 800 familias. Así éstas mujeres aguerridas, asegurarán la alimentación de sus familias en los meses venideros. Y ¿Cómo lo efectivizan? estableciendo biohuertos y sistemas de riego para proveer de las hortalizas (lechuga, col, cebolla, betarraga, acelga, zanahoria, etc.)

“No podíamos vender nuestras cosechas, ni nuestros animalitos. No había transporte y si íbamos a pie no nos dejaban entrar a las comunidades. No había quien nos compre. Las autoridades nos exigían que nos cuidemos, así que solo podíamos comer de lo que sembramos”, revela Angélica Choccña Tuero.

ONU Mujeres, en alianza con la asociación CHIRAPAQ Centro de Culturas Indígenas del Perú distribuyeron 75 módulos de riego tecnificado y más de 13 kilos de semillas de hortalizas en las comunidades de Hualla, Accomarca y Cayara  para asegurar la alimentación de familias como las de Angélica Choccña. Aquí, las mujeres indígenas tomaron acción para hacer frente a la pandemia.                                                             

Recorriendo al otro lado del Perú, habitantes indígenas de la Amazonía del Perú, vienen desarrollando la actividad piscícola financiada por DEVIDA PERÚ y ejecutada por la Gerencia Territorial de Padre Abad, específicamente en la región Ucayali, ésta  se consolidó como fuente alternativa de ingresos económicos y de seguridad alimentaria durante la emergencia sanitaria por el COVID-19. Más de 100 familias de las comunidades de Shanantía, La Punta y Chonta se beneficiaron con la venta de 5 mil kilos de pescado (trucha, paco, etc.), obteniendo ganancias por encima de los 40 mil soles.  Los piscicultores y sus familias  se encuentran visiblemente realizados con ésta nueva actividad iniciada en este año.

También puede interesarle:

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: