Foto: Michelle González
En 2020 el virus no dio tregua y los Diablitos vivieron unas celebraciones culturales sin precedentes.
Boruca. Costa Rica. “El jueves nacimos aquí en el barrio, el 31 de diciembre jugamos en la tarde, ayer no, y ahorita nos estamos organizando para hacer la matanza aquí en el llano”. Así resume Fernando Maroto, indígena y líder comunal Boruca, cómo se vivieron las tradicionales celebraciones culturales en la comunidad indígena de Boruca, al sur de Costa Rica.
“El impacto del COVID-19 fue fuerte, vino a alterar el diario vivir y a nosotros como comunidad por tener afinidad con el sector turismo nos afectó directamente, se dejaron de vender las máscaras, los tejidos, no entraron más turistas y tuvimos que buscar otras alternativas, como vender por internet y hacer rifas para ir superando poco a poco, mes con mes, el impacto del COVID-19. También nos dio para buscar la manera de volver a sembrar los productos básicos, como frijol, arroz, yuca, todo ese tipo de cosas que se sembraban muy poco y con todo esto que pasó nos llevó a retomar esa actividad para auto consumo”.
Boruca se ubica en la zona sur de Costa Rica, zona que ha sufrido y sigue sufriendo el avance del virus con Corredores, Esparza, Golfito, Montes de Oro y Osa, catalogados como zona naranja por la Comisión Nacional de Emergencias desde el pasado 30 de diciembre de 2020, con Boruca en el medio.
“Las fiestas tradicionales de este año fueron muy atípicas, el pueblo se tuvo que organizar para decidir qué se debía hacer. La Asociación realizó tres mesas de diálogo para llegar a un entendimiento. Oficialmente se decidió no abrir las fiestas, sin embargo un sector decidió participar en barrios como burbuja, hicimos un toro, simbólicamente se dio una vuelta a las casas y ayer 2 de Enero culminamos con la quema del toro, como símbolo de vencimiento a pesar de todas las situaciones negativas que tenemos los pueblos indígenas, se sigue adelante con la intención de fortalecer los elementos culturales de nuestra identidad”.
Las tradicionales celebraciones culturales de Boruca, no escaparon de los efectos adversos del coronavirus, después de años de celebrar hasta el agotamiento junto a familiares, amigos y visitantes, este año la comunidad decidió bajar el tono a las celebraciones y acatar en la medida de lo posible las disposiciones sanitarias como mecanismo de contención al contagio por COVID-19.
“A nivel económico la comunidad enfrenta este nuevo año con la esperanza de fortalecer el turismo cultural, que es el fuerte de la Comunidad Boruca, con proyectos adicionales en el sector agropecuario. Llegar a tener actividades dentro y fuera del pueblo o en cualquier parte del país, con talleres de pintura, demostraciones de tallado, esa esperanza es la que uno tiene, para nivelar lo más pronto posible la parte de comercializar la artesanía, de igual manera ya empezar a recibir turistas en el pueblo o en la casa, donde se crean todos esos elementos con tours, talleres y donde las personas pueden compartir sobre los elementos culturales de la comunidad Boruca”.
Para Fernando Maroto, la comunidad fue responsable y sus líderes sabios en solicitar a la ciudadanía nacional e internacional no visitar la comunidad por el bien de todos, pero particularmente de sus habitantes, que rondan las 2870 personas.
“Para este año que comienza tenemos una mentalidad positiva de promover y comercializar la parte turística y tener la oportunidad de promover proyectos dentro del pueblo, culturalmente nos hemos ido organizando para seguir practicando y manteniendo vivo el legado cultural de la etnia Boruca”. Comentó Fernando.
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