Cooperación Internacional

Iniciativas propuestas para enfrentar la pandemia
ONU lanza el “FLASH APPEAL” para atender a 450 mil personas afectadas en Honduras

ONU lanza el “FLASH APPEAL” para atender a 450 mil personas afectadas en Honduras

– El Equipo Humanitario de País en Honduras, también conocido como la Red Humanitaria, lanzó hoy el “Flash Appeal” para atender las necesidades de 450,000 personas vulnerables en los municipios afectados por la Tormenta Tropical Eta.

Los esfuerzos de respuesta continúan después que las fuertes lluvias provocadas por Eta ocasionaran inundaciones, causando daños catastróficos en casi todos los departamentos del país, lo cual generó necesidades humanitarias significativas.

La tormenta afectó a más de dos millones de personas, impactando severamente los departamentos de Atlántida, Cortés, Santa Bárbara y Yoro, incluyendo el Valle de Sula, el cual alberga a un treinta por ciento de la población hondureña. Antes del ingreso de la tormenta tropical Iota esta misma semana, ya se contabilizaban más de 45,000 personas ubicadas en los albergues oficiales habilitados, ochenta por ciento de ellas en la ciudad de San Pedro Sula, Cortés.

El plan fue elaborado en base a los resultados de evaluaciones e información proporcionada por autoridades nacionales, análisis de datos geoespaciales y la construcción de escenarios de impacto que permitan a los socios humanitarios poner en marcha actividades inmediatas para salvar y proteger vidas.

El plan requiere de 69,2 millones de dólares  para realizar e implementar actividades humanitarias dirigidas a las personas afectadas en apoyo a la respuesta del Gobierno de Honduras.

 El paso de Eta ha exacerbado las vulnerabilidades existentes que, sumadas al impacto de la COVID-19, han incrementado enormemente las necesidades humanitarias de la población. Para atenderlas, se requiere una respuesta integral en los sectores de seguridad alimentaria y nutricional, salud, agua, saneamiento e higiene, albergues, protección y educación, de manera que se logre evitar un mayor deterioro de la situación humanitaria.

Las devastadas costas caribeñas de Honduras, hogar de muchas comunidades indígenas y afro hondureñas, tienen algunas de las tasas más altas de casos de COVID-19 per cápita en el país. La pandemia además afectó a una sociedad que ya enfrentaba su peor brote de dengue, con más de 112,000 casos y 180 muertes a nivel nacional en el 2019.  Las epidemias incrementan los riesgos de salud en los albergues, incluyendo la violencia basada en género, la cual también está generando preocupaciones.

“Eta es una emergencia sobre muchas otras emergencias – incluyendo la COVID-19. Necesitamos una respuesta a las necesidades humanitarias de la población hondureña fuerte y coordinada para asegurar su bienestar, sin dejar a nadie atrás. Estamos hablando de personas que han tenido que lidiar con una vulnerabilidad sobre otra. La cooperación y solidaridad son sumamente importantes durante estos tiempos difíciles,” comentó  la coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Honduras y Coordinadora Humanitaria del país, Alice Shackelford,  durante el lanzamiento del Flash Appeal.

El plan tiene como objetivo salvar vidas y medios de subsistencia proporcionando asistencia humanitaria integrada e inmediata, y protección a las personas con las necesidades más urgentes, esto incluye la restauración de medios de vida y el acceso a servicios críticos que contribuyan a una rápida recuperación de las comunidades más afectadas; así como abordar las necesidades y abogar por los derechos de las poblaciones vulnerables como las mujeres, los niños y las niñas, y las personas con discapacidad, entre otros.GV/Hondudiario

ONU entrega cerca de 20 mil insumos a pueblos indígenas de Talamanca

ONU entrega cerca de 20 mil insumos a pueblos indígenas de Talamanca

CRC/UNICEF/CostaRica.- El acto de entrega se realizó este martes en la Municipalidad de Talamanca en presencia de autoridades de gobierno, municipales, así como representantes de las agencias de la ONU y líderes indígenas de la zona.

  • Ropa, botas de hule, equipos de protección personal, productos para cuidado de bebés y materiales educativos, constituyen parte de la donación entregada este martes en la Municipalidad de Talamanca.
  • Allegra Baiocchi, coordinadora residente de la ONU, reafirmó el compromiso de las Naciones Unidas con Costa Rica para asegurar que el principio de “no dejar a nadie atrás” en la atención a la pandemia sea una realidad también para las personas indígenas.
  • “Gracias al plan de trabajo que hemos desarrollado conjuntamente hemos podido dar una atención particularizada para enfrentar la pandemia. Los insumos recibidos hoy permitirán mejorar las condiciones de las comunidades en Talamanca”, declaró Randall Otárola, viceministro de la Presidencia.

Talamanca, 17 de noviembre de 2020– Con el fin de apoyar a Costa Rica en la protección de niñas, niños, adolescentes y personas adultas de los territorios indígenas de Talamanca, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entregó este martes al menos 20 mil  insumos para la atención de estas poblaciones.

El acto de entrega se realizó este martes en la Municipalidad de Talamanca en presencia de autoridades de gobierno, municipales, así como representantes de las agencias de la ONU y líderes indígenas de la zona.

PUEBLOS INDÍGENAS EN COSTA RICA   En Costa Rica residen más de 104 mil personas indígenas, pertenecientes a 8 pueblos. De ellas,  36 mil habitan en 24 territorios. Bribís, Cabécares, Malekus, Chorotegas, Huetares, Teribes, Bruncas y Ngäbes, conforman estos pueblos  en el país. Además, habitan de manera temporal entre 9 mil y 12 mil indígenas migrantes Ngäbe y Buglé que vienen de Panamá para realizar labores agrícolas, principalmente en la cosecha del café.  

El objetivo central de la donación es atender las necesidades de las personas que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad ante la pandemia por COVID-19.

La entrega incluye  ropa nueva, botas de hule, equipo para telecomunicaciones, materiales educativos para niñas y niños, hasta bienes de primera necesidad como mascarillas, alcohol en gel, pañales para bebé y kits de higiene.

Este apoyo a Costa Rica ha sido coordinado desde la ONU por sus agencias especializadas: el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de Población de la ONU (UNFPA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial para la Salud (OMS/OPS).

Durante el acto de entrega, el viceministro de Presidencia en Asuntos Políticos y Diálogo Ciudadano, Randall Otárola, destacó el esfuerzo conjunto entre instituciones y pueblos indígenas desde el inicio de la pandemia. “Como gobierno nos hemos propuesto asegurar la atención de calidad a personas indígenas en el marco del COVID-19. Gracias al plan de trabajo que hemos desarrollado en conjunto hemos podido dar una atención particularizada y los insumos recibidos hoy permitirán mejorar las condiciones de las comunidades en Talamanca”, dijo.

Allegra Baiocchi, coordinadora residente de la ONU, reafirmó el compromiso de las Naciones Unidas con Costa Rica para asegurar que el principio de No Dejar a Nadie Atrás sea una realidad también para las personas indígenas.“Apoyamos a Costa Rica para garantizar y cumplir los derechos de las personas indígenas que requieren nuestro apoyo y asistencia humanitaria para enfrentar la difícil situación que atraviesan por la pandemia”, dijo la Coordinadora Residente.

Ramón Buitrago, Presidente de la Asociación Indígena de Talamanca, Bribrí, destacó los esfuerzos conjuntos para atender las consecuencias por la pandemia del COVID-19 “Para nosotros este aporte es muy importante , porque Talamanca, Bribrí ha tenido lamentablemente más muertes por esta pandemia y especialmente de los mayores, que son las sabiduría de nuestros pueblos. Estos kits nos van a ayudar para mermar esta situación. Estamos trabajando coordinadamente con la Municipalidad, el Gobierno y nuestra organizaciones para luchar contra esta pandemia”.

El alcalde de la Municipalidad de Talamanca, Rogelio Rodríguez, destacó que la donación por parte de las Naciones Unidas permitirá intensificar el abordaje comunal de la pandemia “Esta donación viene a fortalecer el trabajo de la Comisión Municipal de Salud de Talamanca. Le damos las gracias y esta ayuda nos va a servir de mucho sobretodo en la divulgación y el tratamiento comunal que se debe realizar en esta comunidades indígenas”.

El propio Secretario General de la ONU, António Guterres,  ha señalado que la pandemia de COVID-19 es una crisis humana con graves consecuencias de salud y socioeconómicas, que está afectando desproporcionadamente a ciertos sectores de la población, entre los que se encuentran las personas indígenas.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) tomó la iniciativa de brindar ayuda humanitaria a pueblos indígenas de la zona de Talamanca, por medio de una entrega de alrededor de 20 mil insumos.

El objetivo de la ayuda es atender las necesidades de niños, adolescentes y personas adultas que se encuentran en situación de vulnerabilidad ante la emergencia sanitaria del covid-19.

La entrega incluyó ropa nueva, equipo para telecomunicaciones, mascarillas, alcohol en gel, pañales para bebés, materiales educativos para niños y niñas, kits de higiene y botas de hule.

El alcalde de Talamanca, Rogelio Rodríguez, mencionó que esta ayuda les aporta bastante a las comunidades y a sus necesidades en medio de la pandemia.

Alcalde de Talamanca, Rogelio Rodríguez

Por su parte, el presidente de la Asociación Indígena Talamanca-Bríbri, Ramón Buitrago, detalló que a través de esta iniciativa, están avanzando para salir adelante tras la emergencia sanitaria provocada por el virus.


Presidente de la Asociación Indígena Talamanca-Bríbri, Ramón Buitrago

La entrega contó con la participación de autoridades del gobierno, líderes indígenas de la zona, la Municipalidad de Talamanca y representantes de las agencias de la ONU.

La temporada 2020 de huracanes en el Atlántico: un récord y una tragedia para Centroamérica

La temporada 2020 de huracanes en el Atlántico: un récord y una tragedia para Centroamérica

ONUNOTICIAS/Región.– Las agencias de Naciones Unidas advirtieron este martes en Ginebra sobre las catastróficas consecuencias del huracán Iota, el segundo gran ciclón tropical que azota Centroamérica en menos de dos semanas.

Nos estamos quedando sin superlativos para esta temporada de huracanes en el Atlántico. Es un récord en todo el sentido de la palabra. Iota es la trigésima tormenta tropical nombrada de la temporada”, dijo Clare Nullis, portavoz de la Organización Meteorológica Mundial.

Iota tocó tierra menos de dos semanas después de que el huracán Eta, que también fue un huracán de categoría cuatro muy fuerte, aterrizara a solo 25 kilómetros de distancia.

“Estamos teniendo estos enormes impactos que golpean básicamente la misma área. Nicaragua, Honduras y otras partes de Centroamérica no se han recuperado del huracán Eta, y ahora están siendo azotados por este nuevo y poderoso huracán”, agregó Nullis.

Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, expresó que los trabajadores humanitarios aún estaban evaluando el alcance de los daños causados por Eta y ahora se están preparando para lidiar con un segundo impacto.

“Eta tocó tierra en la región y causó muerte y destrucción, con un total de casi cinco millones de personas afectadas. Iota, con sus fuertes vientos y lluvias muy intensas, puede causar inundaciones repentinas potencialmente mortales, inundaciones de ríos y deslizamientos de tierra, entre otras cosas porque el suelo ya está saturado por Eta”, advirtió.

Las agencias humanitarias de la ONU han hecho todo lo posible para prepararse para una temporada de huracanes severa.

“Pero ha resultado ser incluso peor de lo que pensábamos. Comenzó antes y terminará tarde. Por ejemplo, las continuas inundaciones en países como Guatemala, Honduras y Nicaragua afectarán la cosecha entrante, y esto ejercerá una gran presión sobre los agricultores de subsistencia y, aunque todavía es temprano, está bastante claro que esto extenderá la emergencia incluso hasta mediados de 2021″, expresó Tomson Phiri, portavoz el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.Fototeca del PMAUn hombre inspecciona los daños de su casa tras el paso del huracán ETA por Puerto Cabezas, la principal ciudad de la región del Caribe septentrional de Nicaragua.

Un huracán catastrófico

El huracán Iota tocó tierra en Nicaragua el 17 de noviembre como una poderosa categoría 4 en la escala Saffir Simpson con vientos máximos de 250 km/h. Es el huracán atlántico más fuerte del año.

La Organización Meteorológica Mundial advierte que se trata de un huracán catastrófico que trae marejadas ciclónicas potencialmente mortales, vientos, inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra a Centroamérica, así como hasta 750 mm de lluvia en lugares aislados.

Las inundaciones y los deslizamientos de tierra en Nicaragua y Honduras podrían verse agravados por los impactos continuos del huracán Eta porque las dos tormentas azotaron la misma ubicación general.

En la trayectoria pronosticada, Iota se moverá más hacia el interior a través del norte de Nicaragua este martes y a través del sur de Honduras. Iota se debilitó al tocar tierra a categoría 2 y se espera un debilitamiento rápido adicional a medida que la tormenta se disipe sobre América Central para el 18 de noviembre.

Honduras, el norte de Nicaragua, el sureste y centro de Guatemala y el sur de Belice recibirán 250 a 500 mm de lluvia; y El Salvador y Panamá 100 a 200 mm, con totales máximos aislados de 300 mm.

Esta lluvia conducirá a inundaciones repentinas e inundaciones de ríos importantes y potencialmente mortales, junto con deslizamientos de tierra en áreas de terreno más alto.© WFP/PhotolibraryUn residente de Puerto Cabezas en Nicaragua limpia los escombros de su casa después del paso del Huracán Eta.

Las huellas del cambio climático

Iota es la trigésima tormenta con nombre de la temporada por primera vez registrada, el Atlántico ha tenido dos formaciones importantes de huracanes en noviembre, en una época del año en la que la temporada normalmente está terminando. Ha habido cuatro grandes huracanes.

Desde octubre ha habido cuatro tormentas con nombre: Delta, Epsilon, Eta e Iota, todos tomados del alfabeto griego porque la lista regular de nombres de tormentas se ha agotado.

“La cantidad y fuerza de los huracanes este año se debe a varios factores, como la ausencia de un evento de El Niño, la temperatura del océano, los patrones atmosféricos, todos factores que ocurren en una era de cambio climático. Generalmente hablamos de “por encima o debajo del promedio”, pero estos promedios tienen un significado distinto al que tenían 50 a 100 años atrás”, dijo la portavoz Claire Nullis.

Nullis afirmó que la Organización puede afirmar con confianza que los impactos del cambio climático se están haciendo ver, por ejemplo, las marejadas son más grandes debido al aumento del nivel del mar, y las lluvias más fuertes.

“Ahora mismo el sureste de Asia está siendo impactado por una serie de ciclones tropicales y se está realizando un estudio para ver si el cambio climático ha dejado sus huellas digitales”, expresó.UNICEF/Tadeo GómezNiños en el barrio Muelle, en Puerto Cabezas, Nicaragua, tras el paso del huracán Eta.

Poblaciones que necesitan ayuda

La Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU asegura que la amenaza que supone un segundo gran huracán es de suma preocupación para Honduras y Guatemala, donde las autoridades y las organizaciones humanitarias aún están realizando evaluaciones que siguen revelando la magnitud del impacto de Eta en millones de personas de cara a la llegada de Iota.

Los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y los equipos de las Naciones Unidas siguen enfocando sus esfuerzos en superar las graves limitaciones de acceso y a llegar a las comunidades afectadas, además de recopilar información más amplia sobre sus necesidades.

Las progresivas mejoras en el acceso también han aumentado el número de personas afectadas, de muertos y de personas en albergues. La agencia de protección civil de Honduras, COPECO, reporta ahora tres millones de personas afectadas, un millón más que las cifras reportadas la semana anterior.

En Guatemala, las más de 900.000 personas damnificadas por Eta son casi el triple de las cifras reportadas inicialmente. Además, Honduras informó el 12 de noviembre que hay cerca de 103.000 personas aún aisladas. Varios pueblos del norte de Guatemala, en su mayoría indígenas, siguen aislados debido a las inundaciones y los deslaves. Además, hay informes que indican que pueblos enteros han quedado completamente enterrados.

Tras la solicitud de Honduras para asistencia humanitaria internacional, la ONU desplegó un equipo para la evaluación y coordinación en caso de desastre que ya está en San Pedro Sula, en el departamento de Cortés, uno de lugares más afectados. Guatemala también hizo una solicitud para asistencia de parte de organizaciones internacionales y apoyo bilateral el pasado 11 de noviembre.PMA/FotolibreríaLos residentes de Puerto Cabezas, la principal ciudad de la región del Caribe septentrional de Nicaragua, transportan tablones de madera después del paso del huracán Eta.

Violencia, COVID-19 y hambre en medio de la emergencia

Mientras los socios humanitarios continúan dando una respuesta inmediata centrada en garantizar el acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene, la seguridad alimentaria, la salud y la protección, la situación en los albergues de Honduras y Guatemala están causando mucha preocupación, puesto varios informes que señalan decenas de miles de personas enfrentándose a condiciones extremas sin disponer de espacios adecuados, de medidas de prevención o de equipos de protección para COVID-19, de acceso a los servicios de higiene o de seguridad alimentaria.

Según la Oficina, los datos oficiales muestran que los casos notificados de COVID-19 en todo Honduras han aumentado en 2100 casos entre el 6 y el 13 de noviembre, y se espera que haya más en los próximos días, mientras que los albergues de la capital, Tegucigalpa, tienen una tasa de pruebas positivas del 33%, según el Ministerio de Salud. Los informes de las evaluaciones intersectoriales en curso en Guatemala, donde se han notificado 17.500 casos en los albergues oficiales, confirman también las altas tasas de pruebas positivas de COVID-19.

También hay informes de diversas zonas de Honduras en los que se indica la presencia y control de organizaciones criminales, la violencia, la violencia de género y la separación de familias, donde hay más de 44.000 personas en los albergues. Además, las autoridades hondureñas, que aún están respondiendo a los efectos de Eta en al menos 745 comunidades en 155 de los 298 municipios, ordenaron evacuaciones de zonas de riesgo ante la llegada de Iota, aumentando el número de personas albergadas por encima de las cifras actuales.

Guatemala se prepara para Iota después de que 10 de los 22 departamentos declararon un estado de calamidad por Eta. En el norte de Nicaragua hay comunidades indígenas vulnerables que todavía están sufriendo los efectos de Eta, mientras que en el sur de Belice continúan haciendo frente a las aguas que aún no se retiran y que han afectado a entre 50.000 y 60.000 personas.

Las peligrosas condiciones meteorológicas relacionadas con Eta e Iota afectaron a unas 224.000 personas en cinco departamentos del norte de Colombia. El Salvador, Costa Rica y Panamá ya han emitido alertas en todas las provincias. Aunque México no se encuentra directamente en la trayectoria proyectada de Iota, los estados surorientales de Chiapas, Tabasco y Veracruz recibieron fuertes lluvias entre Eta y un frente frío que afectaron al menos a 238.500 personas.

La vacuna contra el COVID-19, cada vez más cerca de hacerse realidad, no puede ser solo para los países ricos

La vacuna contra el COVID-19, cada vez más cerca de hacerse realidad, no puede ser solo para los países ricos

ONUNOTICIAS/Región.- Un grupo de expertos de la ONU en derechos humanos denunciaron que algunos países están tratando de monopolizar cualquier futura vacuna contra el COVID-19 a pesar de que la Organización Mundial de la Salud ha advertido que “nadie estará a salvo hasta que todos los estén”.

Varios relatores, expertos independientes y miembros de grupos de trabajo de la división de procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, dijeron en un comunicado que el nacionalismo no tiene lugar en la lucha contra esta pandemia.

“Lamentablemente, parece que algunos gobiernos se han comprometido a garantizar vacunas solo para sus ciudadanos. Las políticas de salud y adquisiciones aislacionistas están en contradicción con las normas internacionales de derechos humanos”, expresaron este lunes, cuando los líderes globales se reúnen en la Asamblea Mundial de la Salud.

Los expertos advirtieron que estos países que han prometido las vacunas a su población probablemente no logren hacerlo debido a la limitada capacidad de producción, un obstáculo que se hace menor en el marco de un esfuerzo global coordinado.

“La pandemia continuará y volverá a afectar a esos países tarde o temprano, incluso a través de nuevas perturbaciones económicas. Un mensaje, que se repite a menudo en 2020, sigue siendo esencial: nadie está seguro hasta que todos lo estemos”, dijeron.

Agregaron que según la ONG Oxfam, para septiembre de este año el 51%  de las dosis que se producirán en función de la capacidad para esa fecha ya se habían reservado para países con solo el 13%  de la población mundial. “Si el resto del mundo depende de las mismas instalaciones de fabricación, tendrán que esperar a que cumplan sus pedidos anticipados y esperar que se puedan producir más dosis antes de que muchos más mueran o se enfermen gravemente”, advirtieron.

Los expertos recordaron que la cooperación internacional y el multilateralismo son fundamentales para facilitar a los países la superación de la crisis actual y sentar las bases de una recuperación socioeconómica sólida, sostenida e inclusiva en todo el mundo.

“Para hacer frente a la pandemia y sus consecuencias y hacer realidad los derechos humanos universales, los Estados deben tomar medidas, tanto individual como conjuntamente, mediante la cooperación y la asistencia internacionales”, dijeron.

 Este lunes, el director de la OMS, Tedros Adhanom Gebreyesus, dio la bienvenida a los avances en la vacuna de Pfizer, que según la farmacéutica es eficaz en un 90% de los casos y dijo que el mundo está experimentando una colaboración científica sin precedentes.University of Oxford/John CairnsCientíficos trabajando en la Universidad de Oxford para desarrollar una vacuna contra el COVID-19.

El apoyo a COVAX

Los relatores y expertos en derechos humanos hicieron un llamado a los países para que apoyen la iniciativa COVAX de la Organización Mundial de la Salud, que busca garantizar el acceso equitativo a las vacunas contra el COVID-19 a nivel mundial.

“Según el derecho internacional, el acceso a cualquier vacuna y tratamiento COVID-19 debe estar disponible para todos los que los necesiten, dentro y entre países, especialmente aquellos en situaciones vulnerables o que viven en la pobreza“, afirmaron.

También pidieron la cooperación y la asistencia internacional entre los países desarrollados y en desarrollo para garantizar un intercambio generalizado de tecnologías sanitarias y conocimientos sobre las vacunas y el tratamiento COVID-19.

Además, recalcaron que las empresas farmacéuticas también tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos y no deben anteponer las ganancias a los derechos de las personas a la vida y la salud, y deben aceptar restricciones a la protección mediante patente de las vacunas que desarrollan.

Los expertos acogieron con beneplácito la petición a la Organización Mundial del Comercio por parte de India y Sudáfrica de renunciar a ciertas disposiciones del acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC) para mejorar la prevención, la contención y el tratamiento del COVID-19.

“Esta pandemia ha afectado a todo el mundo. Ahora el mundo debe dejar de lado iniciativas individuales fuera de lugar para monopolizar las vacunas y los suministros, y trabajar juntos para derrotarlo“.NIHUn paciente recibe la vacuna contra la influenza.

Las medidas de austeridad

Los relatores recalcaron que los Estados tienen la obligación de garantizar que todas las vacunas y tratamientos de COVID-19 sean seguros, disponibles, accesibles y asequibles para todos los que los necesiten.

“Esto es particularmente relevante para las personas en situaciones vulnerables que a menudo se ven descuidadas de los servicios, bienes e instalaciones de salud, incluidos los que viven en la pobreza, las mujeres, los pueblos indígenas, y las personas con discapacidad”, expresaron.

Agregaron que les preocupa que, para hacer frente a un espacio fiscal limitado, existe un alto riesgo de que los gobiernos de los países en desarrollo, en lugar de adoptar políticas que respeten los derechos humanos, recurran una vez más a medidas de austeridad, incluidos recortes en la protección social, la asistencia alimentaria o los suministros sanitarios.

“Esto profundizaría aún más la pobreza, la discriminación y la brecha de desigualdad dentro de los países. Los impactos sociales más profundos también retrasarán el proceso de recuperación económica”, advirtieron.

Las medidas de austeridad implementadas a raíz de la crisis financiera de 2008, por ejemplo, dejaron a los sistemas públicos de salud y protección social con una severa falta de fondos, un aumento del empleo precario y una mayor desigualdad entre ricos y pobres.Universidad de Oxford/John CairnsUn equipo científico de la Universidad de Oxford se encuentra en la fase de prueba de un proyecto de vacuna contra el COVID-19.

Recomendaciones

Los expertos declararon su apoyo al llamado de la Asamblea Mundial de la Salud para reconocer “el papel de la inmunización extensiva contra COVID-19 como un bien público mundial para la salud en la prevención, contención y detención de la transmisión con el fin de poner fin a la pandemia, una vez segura, de calidad, se dispone de vacunas eficaces, eficaces, accesibles y asequibles”.

Según ellos, los Estados deberían:

  • Cumplir con sus obligaciones internacionales de garantizar el acceso a los medicamentos, incluidas las vacunas COVID-19 y el tratamiento para todos y de asistencia y cooperación internacional.
  • Asegurar que las tecnologías importantes, los datos de propiedad intelectual y los conocimientos técnicos sobre las vacunas COVID-19 se compartan ampliamente y que los países en desarrollo reciban apoyo para aumentar las capacidades de desarrollo, fabricación y distribución para garantizar el acceso equitativo a dichas vacunas.
  • Abstenerse de utilizar la “seguridad nacional” o cualquier argumento que permita secretos comerciales relacionados con la vacuna, el tratamiento, las pruebas y cualquier otra información necesaria para combatir la enfermedad.
  • Prestar especial atención a garantizar que las vacunas sean accesibles para los trabajadores de la salud de primera línea y a unirse a las iniciativas mundiales de la OMS.

Las empresas farmacéuticas deberían:

  • Cumplir con sus responsabilidades, incluso mediante el ejercicio de la debida diligencia en materia de derechos humanos para identificar y abordar los impactos adversos sobre los derechos a la vida y la salud, tal como se establece en los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos.
  • Abstenerse de causar o contribuir a impactos adversos sobre los derechos a la vida y la salud invocando sus derechos de propiedad intelectual y dando prioridad a los beneficios económicos.

Las instituciones financieras internacionales:

  • Garantizar que las subvenciones y préstamos que otorguen a los países en desarrollo contribuyan a ampliar su capacidad para adquirir, fabricar y distribuir vacunas COVID-19 seguras, eficaces y asequibles.
  • Alinear sus programas de ayuda con un enfoque coordinado a nivel mundial, como el Centro de Vacunas Mundial COVAX.
La salud, el trabajo y la comida: lo que el COVID-19 se llevó en los países más pobres

La salud, el trabajo y la comida: lo que el COVID-19 se llevó en los países más pobres

ONUNOTICIAS/Región.- El trastorno económico y social causado por la pandemia es devastador en todo el mundo, pero especialmente en los países en desarrollo o con crisis humanitarias. El coronavirus ha dejado millones de enfermos, decenas de millones de personas en riesgo de caer en la pobreza extrema y el desempleo, un aumento sin precedentes de la desnutrición, y ha irrumpido en los sistemas alimentarios, afectando desde agricultores hasta consumidores.

Cuatro agencias de las Naciones Unidas pidieron este martes solidaridad mundial con los países más pobres afectados por la pandemia de COVID-19 a través de una declaración conjunta.

El coronavirus ha provocado una dramática pérdida de vidas humanas en todo el mundo y presenta un desafío sin precedentes para la salud pública, los sistemas alimentarios y el ámbito laboral, aseguraron la Organización Mundial de la Salud, la Organización Internacional del Trabajo, la Organización para la Alimentación y la Agricultura y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola.

Las agencias reiteraron que el trastorno económico y social causado por la pandemia es devastador: decenas de millones de personas corren el riesgo de caer en la pobreza extrema, mientras que el número de personas desnutridas, que actualmente se estima en casi 690 millones, podría aumentar hasta 132 millones para el final del año.

Asimismo, millones de empresas se enfrentan a una amenaza existencial. Casi la mitad de los 3300 millones de trabajadores del mundo corren el riesgo de perder sus medios de vida, y aquellos que se desempeñan en la economía informal son particularmente vulnerables porque la mayoría carece de protección social y atención de salud.

“Sin los medios para obtener ingresos durante los encierros, muchos no pueden alimentarse a sí mismos ni a sus familias. Para la mayoría, no tener ingresos significa no comer o, en el mejor de los casos, menos alimentos o comida menos nutritiva”, asegura la declaración.WFP/Rein SkullerudUna mujer sembrando en Rwanda.

El impacto en la agricultura

La pandemia ha afectado a todo el sistema alimentario y ha puesto al descubierto su fragilidad, afirmaron las agencias.

Los cierres de fronteras, las restricciones comerciales y las medidas de confinamiento han impedido que los agricultores accedan a los mercados, incluso para comprar insumos y vender sus productos, y que se interrumpan las cadenas de suministro de alimentos nacionales e internacionales reduciendo el acceso a dietas saludables, seguras y diversas.

“La pandemia ha diezmado puestos de trabajo y ha puesto en peligro la vida de millones de personas. A medida que las cabezas de familia pierden sus trabajos, enferman y mueren, la seguridad alimentaria y la nutrición de millones de mujeres y hombres se ven amenazadas. Los países de bajos ingresos, en particular las poblaciones más marginadas, que incluyen a los pequeños agricultores y los pueblos indígenas, son quienes reciben el golpe más duro”, expresa la declaración.

Además, millones de trabajadores agrícolas, asalariados y autónomos, aunque alimentan al mundo, e se enfrentan regularmente a altos niveles de pobreza laboral, desnutrición y mala salud, y sufren falta de seguridad y protección laboral, así como otros tipos de abusos.

“Con ingresos bajos e irregulares y falta de apoyo social, muchos de ellos se ven motivados a seguir trabajando, a menudo en condiciones inseguras, exponiéndose a sí mismos y a sus familias a riesgos adicionales. Además, cuando experimentan pérdidas de ingresos, pueden recurrir a estrategias de supervivencia negativas, como la venta de activos por situaciones de emergencia, los préstamos abusivos o el trabajo infantil”, advirtieron las agencias de la ONU.© UNICEF/Kamuran FeyizogluUn niño turco trabajando en el campo. El 70% del trabajo infantil ocurre en la agricultura.

El impacto sobre los más vulnerables

Las cuatro agencias de la ONU explicaron que los trabajadores agrícolas migrantes son particularmente vulnerables, porque enfrentan riesgos durante sus viajes, así como malas condiciones de trabajo y de vida sin poder acceder muchas veces a las medidas de apoyo implementadas por los gobiernos.

“Garantizar la seguridad y la salud de todos los trabajadores agroalimentarios, desde los productores iniciales hasta los que participan en el procesamiento, el transporte y la venta minorista de alimentos, incluidos los vendedores ambulantes de alimentos, así como mejores ingresos y protección, será fundamental para salvar vidas y proteger la salud pública, los medios de vida y seguridad alimentaria de las personas”, alertaron las agencias.

Añadieron que en la crisis del COVID-19 convergen la seguridad alimentaria, la salud pública y las cuestiones laborales , en particular la salud y seguridad de los trabajadores.PMA África OccidentalUn 70% de las personas que sufren hambre en el mundo son mujeres.

Las medidas que se deben tomar

Para las agencias de salud, trabajo y alimentación de las Naciones Unidas, la acción inmediata y decidida para salvar vidas y medios de subsistencia debe incluir la extensión de la protección social hacia la cobertura universal de salud y el apoyo a los ingresos para los más afectados.

“Las diferentes formas de apoyo son fundamentales, incluidas las transferencias de efectivo, las asignaciones por hijos y las comidas escolares saludables, las iniciativas de ayuda alimentaria y de refugio, el apoyo para la retención y recuperación del empleo y la ayuda financiera para las empresas, incluidas las micro, pequeñas y medianas. Al diseñar e implementar tales medidas, es esencial que los gobiernos trabajen en estrecha colaboración con los empleadores y los trabajadores”, afirmaron.

También se debe tener en cuenta que los países que se enfrentan a crisis humanitarias u otras emergencias están particularmente expuestos a los efectos del COVID-19. Según las agencias, es fundamental responder rápidamente a la pandemia y, al mismo tiempo, garantizar que la asistencia humanitaria y de recuperación llegue a los más necesitados.

“Ahora es el momento de la solidaridad y el apoyo mundial, especialmente con los más vulnerables de nuestras sociedades, particularmente en el mundo emergente y en desarrollo. Solo juntos podremos superar los efectos sanitarios, sociales y económicos entrelazados de la pandemia y evitar que se convierta en una catástrofe humanitaria y de seguridad alimentaria prolongada, con la posible pérdida de los logros de desarrollo ya logrados”, dijeron.

Para las agencias, es necesario desarrollar estrategias sostenibles a largo plazo para abordar los desafíos a los que se enfrentan los sectores sanitario y agroalimentario. Se debe dar prioridad a abordar los desafíos subyacentes de la seguridad alimentaria y la desnutrición, abordar la pobreza rural, en particular mediante más y mejores empleos, extender la protección social a todos, facilitar vías migratorias seguras y promover la formalización de la economía informal.

“Debemos repensar el futuro de nuestro medio ambiente y abordar el cambio climático y la degradación ambiental con ambición y urgencia. Solo así podremos proteger la salud, los medios de vida, la seguridad alimentaria y la nutrición de todas las personas y garantizar que nuestra “nueva normalidad” sea mejor”, concluye el comunicado.

Pandemia, vacunas y su importancia en la región

Pandemia, vacunas y su importancia en la región

FILAC/Región.- En el Seminario Web “Mujeres Indígena y Covid 19 – Vacunas, Prevención y Tratamiento” realizado en el marco del Diplomado de Fortalecimiento del Liderazgo de las Mujeres Indígenas con énfasis en competencias para mitigar los impactos de la Pandemia COVID-19 se tuvo la participación de Cuauhtémoc Ruiz, Jefe de Inmunización Integral de la Familia en la OPS, quien señaló la importancia que cobró el tema de la vacunación frente al escenario de la pandemia.

En su intervención destacó que el programa de inmunizaciones es considerado el programa de mayor impacto en la salud publica que hay en el mundo. “Entre el 2000 y 2009, se calcula que por la vacuna contra el sarampión se evitaron más de 25 millones de defunciones en niños menores de 1 año de edad, ese es uno de los datos que en América demuestra que el programa de inmunizaciones ha sido muy importante históricamente. Somos la primera región del mundo que eliminó la viruela, el polio, la rubeola. Somos considerados como una región libre de tétanos neonatal y la mas avanzada en la eliminación de la hepatitis B en sus mecanismos de transmisión directa. Al mismo tiempo, somos la región que ha introducido el mayor número de nuevas vacunas. Pero también somos unas de las regiones mas inequitativas en el acceso a las vacunas, al igual que, económicamente, somos la región mas inequitativa que hay en el mundo” recalcó en su intervención.

Cuando se hacen los estudios de cómo están los temas de vacunación en América latina se percibe que la región es uno de los espacios donde la vacunación no tiene tanto impacto en la diferencia social o económica, rural o urbana, como tienen otros programas de salud. Es decir, que el programa de inmunizaciones ha logrado permear o llegar a comunidades y pueblos vulnerables, muy importantes de nuestra región y eso es gracias al trabajo que realizan las mujeres indígenas dentro de sus organizaciones, aseveró Ruiz.

Afirmó que, respecto a la Pandemia, las vacunas no son la solución, ya que se debe seguir teniendo todas las medidas de cuidado. La vacunación lo que busca es una protección de grupo.

Así mismo afirmó que el carácter inédito del coronavirus hace que el 100% de la población mundial sea susceptible de contraerlo. Algunos ya se han hecho y se harán inmunes. Pero cuando exista la vacuna, habrá que decidir a qué grupos humanos se le aplica. El objetivo de la OPS es que haya 2.000 millones de dosis de vacuna contra la COVID-19 para América Latina en el año 2020. “La diferencia de nosotros en América es que, en la región, y específicamente en la OPS, existe el Fondo Rotatorio para la compra de vacunas. Este fondo ha permitido que los países de América participen como bloque en el mecanismo COVAX y, por lo tanto, oportunamente, busquen los mejores precios y que, cuando exista, haya una distribución equitativa de la vacuna para todos los países”.

Mujeres indígenas del Abya Yala dialogan con la OPS-OMS sobre el acceso a la vacuna contra la Covid-19

El Dr. Cuauhtémoc Ruiz Matus, explicó que hasta la fecha la OMS no tiene ninguna vacuna autorizada contra el Covid-19 para uso en Programas Nacionales o en Programas de Vacunación. “Lo que si tenemos es un gran desarrollo de vacunas como nunca habido en la historia” dijo.

“Hacer una vacuna, puede durar entre 10 y 20 años y se dice que por cada 10 ensayos que se empieza a hacer de una vacuna, cuando mucho uno logra ser exitoso al final del tiempo. Sin embargo, se están haciendo estudios para acortar los tiempos con la esperanza de tener alguna vacuna, que no se tiene hasta el día de hoy, en un corto plazo”, dijo el Dr. Ruiz.

La OMS, tenía hasta la semana pasada 10 vacunas que estaban en la fase III, que es la fase más avanzada donde ésta se prueba con miles de personas. “En esta fase III hay países de América donde están haciendo ya prueba de esas vacunas, es el caso de Brasil, México, Chile, Colombia, Perú y Argentina, para determinar si esta vacuna es efectiva y es segura”, recalcó.

Todas estas vacunas están siendo probadas en mayores de 18 años de edad, solo hay un estudio muy pequeño que está probando en niños hasta 5 años de edad, según el registro de OPS.

Respecto a la fecha en la que se contará con la vacuna, el Dr. Ruiz aclaró que las compañías que están haciendo las investigaciones sobre la vacuna, informaron a la OMS las fechas en que tendrían sus datos finales y algunos dan como fechas octubre del próximo año, diciembre de este año, otros hasta mayo del 2030. Por lo cual aclaró que “por muy rápido que vayamos con las vacunas, éstas no van a estar disponibles mañana o la próxima semana”.

En este diálogo con las mujeres indígenas, la autoridad de la OPS resaltó que lo que se quiere es que todos puedan tener acceso a la vacuna. “Nosotros decimos que el acceso a la vacuna la tenemos todos cuando esta vacuna esté disponible en todas nuestras Unidades de Salud, en todas nuestras Brigadas Móviles de Vacunación, en todos los equipos que los países tienen para vacunar, en ese momento podemos decir que habrá acceso a la Vacuna”, señaló

Añadió que para evitar lo que pasó en la pandemia de influenza H1N1 2009, se creó internacionalmente el “Aceledor ACT” que reúne a muchos países de la Unión Europea de la OMS, Bill Melinnda Gates, entre otros países, para crear un mecanismo de acelerador para que todos los países tengan acceso a tres cosas; a Vacunas, a medicamentos y a equipos de diagnóstico para atender y hacer frente al Covid 19. Asimismo, en este asunto de las vacunas hay un mecanismo que se llama “Covax” a través del cual todos los países del mundo, 169 países del mundo están participando para tener un acceso a la vacuna de Covid-19.

El Dr. Ruiz y la Dra, Myrna Cunningham, presidenta del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC), coincidieron en este diálogo que si bien con las vacunas se va tener un impacto importante en la salud, en lo económico y en lo social, hay que mantener las medidas de precaución que se han asumido hasta ahora; toda vez que la Vacuna ayudará, pero no será suficiente.

“Los pueblos indígenas que hemos dado seguimiento a las discusiones y noticias de avances sobre vacunas ante Covid -19, entendemos que la Vacuna vendría a completar las medidas que ya estamos promoviendo de prevención y tratamiento y que obviamente no podemos ver en la Vacuna como la respuesta a todos los problemas generados por la pandemia y que pensado que va a llegar la Vacuna abandonemos las estrategias de protección que hemos estado promoviendo hasta el momento”, aseveró Cunningham, durante este diálogo.

Añadió, que cuando se cuente con la vacuna, es importante tomar en cuenta los problemas vinculados con la distribución y en general con la distribución de los insumos médicos necesarios para combatir la Covid 19, que son muy complejos en muchos casos para los Pueblos Indígenas; de igual manera se establezcan medidas apropiadas de distribución, con un enfoque cultural y se tome en cuenta a las personas indígenas en aislamiento voluntario y en contacto inicial, considerando el idioma y la percepción cultural que tiene cada pueblo indígena sobre las vacunas.

La lideresa indígena emitió tres recomendaciones fundamentales respecto a las vacunación, en ellas la inclusión, por parte de las instituciones de salud de los Estados y organismos internacional, de programas específicos de salud   para pueblos indígenas; la realización de campañas de vacunación con pertinencia cultural  que contemple y respete desde los idiomas locales  hasta las dimensiones propias de salud  que tiene cada pueblo indígenas desde su propia cosmovisión; y la incorporación de autoridades, organizaciones y liderazgos indignas  en el diseño e implementación de esas estrategias para la vacunación.

Las mujeres indígenas que participaron en este diálogo también compartieron con la autoridad de la OPS/OMS los principales problemas que enfrentan las mujeres y acciones que llevan adelante para hacer frente a la pandemia; también, se compartió el informe realizado por el  Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI)  denominado “El impacto del COVID-19 en la vida de las Mujeres Indígenas y sus estrategias para enfrentar la pandemia“.

Este Seminario sobre Vacunas, Prevención y lo que están haciendo los Pueblos Indígenas frente al Covid-19 se enmarca en el Derecho a la Salud, que es un derecho reconocido en varios instrumentos internacionales de derechos humanos, donde el compromiso de la humanidad debe ser concebir a la vacuna como un bien público global, en el cual nadie debería quedarse fuera de sus beneficios, por razones políticas o comerciales.

En el siguiente video pueden conocer toda la intervención del Dr. Ruiz en el mencionado evento.

Banco Mundial aprobó US$40 millones para apoyar a los pueblos de Ecuador

Banco Mundial aprobó US$40 millones para apoyar a los pueblos de Ecuador

FINANZASDIGITAL/Ecuador.- El Banco Mundial aprobó hoy un préstamo por US$40 millones para Ecuador en el marco de un proyecto dirigido a mejorar las condiciones de vida, contribuir a la recuperación tras la crisis por la pandemia de Covid-19 y abordar las barreras que impiden el acceso a la educación y al empleo a los pueblos y nacionalidades indígenas, afroecuatorianos y montubios del país.

A través de este nuevo proyecto de inversión se espera apoyar a un millón de personas en 15 territorios que cubren aproximadamente 300 parroquias que fueron priorizadas por sus indicadores de vulnerabilidad. Se contribuirá para que estas poblaciones cuenten con mayores oportunidades educativas y económicas, así como una respuesta a la emergencia de la Covid-19 que incorpore el reconocimiento y respeto a su visión y prioridades de desarrollo.

La Constitución del Ecuador reconoce el carácter pluricultural y multicultural de su población. De acuerdo con el último censo nacional (2010), más de tres millones de ecuatorianos se autoidentificaron como pertenecientes a pueblos y nacionalidades indígenas, afroecuatorianos y montubios; es decir, el 21 por ciento de la población. De este grupo, el 7 por ciento se autoidentificó como indígena; el 7,2 por ciento, como afroecuatoriano, y 7,4 por ciento, como montubio.

Fuente: Nota de prensa Banco Mundial

Covid-19: mujeres jornaleras agrícolas y protección social

Covid-19: mujeres jornaleras agrícolas y protección social

EXCELSIOR/México.- En nuestra región, la propagación de covid-19 ha profundizado la vulnerabilidad de millones de las y los pequeños productores del sector rural y trabajadores agrícolas, especialmente a las mujeres, las juventudes y los pueblos indígenas y afrodescendientes. Esta nueva realidad es todavía más intensa en aquellas regiones con altos niveles de inseguridad alimentaria, en donde se agudizan el hambre y la malnutrición en un contexto de capacidades limitadas y reducción de programas de protección social que hagan frente a este tipo de riesgos.

Los estragos de la actual pandemia traerán mayores cifras de hambre en América Latina y el Caribe, números que podría afectar a casi 67 millones de personas en 2030. Según la publicación El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2020, la región no alcanzará el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Hambre Cero. Conforme avanza la pandemia, la crisis sanitaria está afectando económica y socialmente a los sectores más vulnerables.

Los programas de protección social son mecanismos que coadyuvan en el ejercicio del derecho a la salud, la alimentación y el empleo decente, entre otros. Las medidas de protección social tienen el doble rol en nuestro actual contexto: mitigar el impacto económico y reconstruir los medios de vida de las personas y los sectores más vulnerables, a través de acciones que eviten transitar de una crisis sanitaria a una crisis alimentaria.

De acuerdo con la Cepal, una de cada cuatro personas de la población rural, en América Latina y el Caribe, vivirá en condición de pobreza extrema. Las áreas rurales son particularmente vulnerables a los efectos de covid-19, por la mayor concentración de pobreza, menor cobertura de seguridad social, alta estacionalidad de la producción y del ingreso agrícola en un contexto de alta informalidad laboral. Aunado a lo anterior, el cierre de las escuelas donde niños y niñas ya no podrán acceder a programas de alimentación representa un riesgo de incremento en la malnutrición.

El proceso de reconstrucción debe estar acompañado de transformaciones en la vida pública, privada y social siguiendo la premisa de no dejar a nadie atrás, por lo cual es necesario generar propuestas integrales de protección social que den respuesta a crisis y emergencias como la actual, así como la adaptación al cambio climático.

Actualmente, en México se encuentra en operación el proyecto interagencial Cerrando brechas: Extendiendo la Protección Social para las Mujeres, implementado por la FAO, OIT y ONU Mujeres, que tiene como objetivo reducir las distintas brechas de protección social que históricamente han provocado desigualdades. La iniciativa involucra de manera activa a los sectores públicos, privados y sociales en la promoción y el impulso de políticas públicas multisectoriales que aporten y garanticen derechos con un enfoque de ciclos y medios de vida y de transversalidad de género.

De acuerdo con reportes de ONU Mujeres y la OIT, aún prevalece una gran brecha salarial hacia las mujeres por lo que enfrentan barreras en temas de sueldos e ingresos, con salarios inferiores por el mismo trabajo y las mismas horas laborales que los hombres, menos accesos a créditos y con alta presencia en el mercado informal, lo que limita su acceso a la seguridad social.

Por ello, es de suma importancia hacer un abordaje diferenciado y con perspectiva de género de la situación de la población jornalera agrícola, visibilizando las desigualdades y las brechas de protección social que históricamente ha padecido este sector, con pertinencia cultural a los pueblos indígenas y afrodescendientes, en especial hacia las mujeres indígenas, que sufren una triple discriminación: de género, condición social y de pertenencia a grupos étnicos; limitando su acceso y goce a los derechos humanos.  

FAO México hace un llamado a los gobiernos en sus diferentes niveles a articular políticas públicas de protección social ampliada, que acorten las brechas de desigualdad a partir de un ejercicio pleno de los derechos de mujeres y hombres y con enfoque de ciclos y medios de vida. A la iniciativa privada hacer efectivos los derechos de las y los trabajadores e implementar estrategias de control y reducción de contagios, medidas de sanidad, de información y comunicación con pertinencia cultural dentro y fuera de los espacios de trabajo.

Unicef entrega insumos de bioseguridad a centros de salud de comunidades indígenas

Unicef entrega insumos de bioseguridad a centros de salud de comunidades indígenas

PÁGINASIETE/Bolivia.- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) en Bolivia, este domingo informó que en el marco de sus acciones contra los efectos de la pandemia por coronavirus, entregó insumos de bioseguridad a postas y centros de salud.

“Para reducir las consecuencias de la pandemia del Coronavirus y de la cuarentena establecida por esa enfermedad, Unicef está en pleno proceso de adquisición y entrega de suministros de bioseguridad a familias Yuki, Yuracaré y Chiquitana. Además, se entregaron insumos de bioseguridad para el personal de salud de centros y postas de salud al servicio de esas poblaciones indígenas en los municipios de Cochabamba y Santa Cruz”, informó el organismo a través de una nota de prensa.

La pandemia del Covid-19 colocó a las naciones indígenas de Bolivia en situación crítica, ellas enfrentan riesgos importantes como la escasez de alimentos y acceso a salud, por lo que organismo internacional desarrolló un plan de respuesta a la emergencia del Covid-19 con un financiamiento de 2.265.890 de bolivianos para apoyar a las poblaciones indígenas en cinco áreas: salud; agua, saneamiento e higiene; nutrición; comunicación y educación.

En ese sentido Unicef priorizó el apoyo a Chiquitanos, Yukis, Yurakaré dado su mayor riesgo de vulnerabilidad: en el primer caso su población es de 91.481 personas, los Yuracaré son 3.394, y los Yukis, 202. Sin embargo, está trabajando en extender su apoyo a otras poblaciones indígenas.

La ayuda del organismo para hacer frente a la pandemia en Bolivia, fue plasmada a través de la dotación de kits y suministros de bioseguridad para centros y postas de salud, y brigadas móviles médicas; la dotación de estaciones móviles de lavado de manos para esos mismos lugares.

La entrega de nutribebé para mejorar la nutrición de niños entre seis meses a dos años de edad, además de la entrega de vitamina A para niños de uno a cuatro años, y la promoción de la lactancia materna.https://bdbb1e5113e6336065e1814be0618227.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html

Campañas de información; y la capacitación a docentes para la enseñanza a distancia, diseño e implementación de modalidades educativas a distancia incluyendo radio, asimismo la entrega de kits de material escolar que incluye libros de lectura.

En cuanto a su más reciente actividad de apoyo a Chiquitanos, Yukis, Yurakaré, se entregó al personal de los servicios de salud, barbijos N95, guantes de nitrilo, gafas herméticas con ventilación lateral, alcohol en gel, desinfectante de piso y jabón líquido.

También se entregaron suministros esenciales para la prevención del Covid-19 y la higiene familiar como, barbijos de tela, detergente en polvo, jabón líquido antibacterial, alcohol en gel y desinfectante para piso.

En Cochabamba, la donación llegó a las comunidades Yukis y Yuracarés del municipio de Chimoré, Villa Tunari y Puerto Villarroel donde se distribuye la ayuda a cinco centros de salud y ocho postas de la red indígena de salud de ese departamento, así como de manera directa a 1.150 familias Yukis y Yuracarés de 55 comunidades.

En Santa Cruz, los insumos de bioseguridad llegaron al municipio de San Antonio de Lomerío y los puestos de salud de Fátima, Palmira, Puquio Cristo Rey y San Lorenzo. También se entregarán los insumos, de forma directa, a 1.000 familias de la nación Chiquitana. Se estima lograr un impacto en 30 comunidades.

Además, se donará el suplemento nutricional Nutribebé para mejorar el estado nutricional de 342 niños Chiquitanos, 40 niños Yuki y 260 Yuracaré.https://bdbb1e5113e6336065e1814be0618227.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html

La situación de los pueblos indígenas del país, empeoró por la emergencia sanitaria del coronavirus y por los efectos económicos de la cuarentena, siendo afectados con: escasez de alimentos, limitación en acceso a servicios de salud, enfermedades preexistentes y alta exposición a otras, vulneración del derecho a consulta, participación y autodeterminación, violencia física y sexual contra mujeres y niñas, poca participación de mujeres en toma de decisiones.

Principalmente los Guarasuwe, More, Tapiete, Machineri, Yaminahua, Araona, Sirionó, Yuqui y Pacahuara, son pueblos con alta vulnerabilidad en riesgo de etnocidio por su escasa población y por procesos de aculturación social y política. Las poblaciones indígenas más vulnerables son aquellas que viven en zonas geográficas remotas de la Amazonía, del Chaco y de los Andes.

Por falta de información desagregada tampoco es posible identificar y cuantificar riesgos para estas poblaciones ni visibilizar los problemas que tienen en el ejercicio de sus derechos. Uno de los problemas, es que el actual registro sanitario para coronavirus, no incluye la autoidentificación étnica.

22 de los 34 grupos indígenas de las tierras bajas son altamente vulnerables. “Esas personas sufrirían riesgos de salud desproporcionados, principalmente por la falta de recursos humanos competentes y acceso a servicios básicos”, citó una investigación realizada en junio por el CEJIS.

Unicef también remarcó que en lo que concierne al derecho a educación virtual de la niñez indígena, estos no tienen acceso a internet o equipamiento como computadoras, tabletas o celulares para estudiar en casa, y señala que el Gobierno transitorio no implementó otras estrategias para el uso de la televisión o radio para garantizar que el derecho a la educación se respete.

“(La pandemia) está agravando la precaria situación en la que se encuentran hoy la mayoría de los pueblos indígenas. Debe hacerse todo lo posible para garantizar que las respuestas a la pandemia no dejen a nadie atrás”, expresó la ONU a tiempo de pedir acciones específicas para los indígenas.

ONU lanza plan de acción trinacional contra COVID-19 en Sudamérica

ONU lanza plan de acción trinacional contra COVID-19 en Sudamérica

ONUNOTICIAS/Región.- La pandemia del coronavirus está causando un impacto devastador en la región amazónica tanto para sus habitantes y medios de subsistencia como, en especial, para las comunidades indígenas que sufren altísimas tasas de mortalidad, incluida la infantil y la materna, pobreza estructural, falta de atención sanitaria e infraestructuras. 

Ante esta compleja situación, las Naciones Unidas presentaron recientemente un Plan de Acción para abordar el problema en la triple frontera amazónica que comprende a Brasil, Colombia y Perú.

Las tasas de mortalidad de la COVID-19 en esas zonas, que cuentan con las extensiones más amplias de territorio del Amazonas albergando a más de 400 comunidades indígenas y una población de unos seis millones de personas, superan con creces las cifras registradas en sus propios países.

A modo de ejemplo, en la capital del departamento colombiano del Amazonas, Leticia, se registran 234 muertes por cada 100.000 habitantes, una cifra extremadamente lejana de los 29 decesos por 100.000 habitantes que ostenta el país cafetero.

“En el resto del departamento, sobre todo en las partes alejadas de los contextos urbanos, la ausencia de instalaciones médicas indicaría proporciones aún más altas; sin embargo, las pruebas son limitadas o inexistentes”, específica el Plan.

Un caso similar se produce en el estado peruano de Loreto, donde se registran más de 143 muertes por 100.000 habitantes, número superior a los 77 fallecimientos por 100.000 habitantes del país andino.

“Se estima que los indígenas de la parte brasileña de la Triple Frontera tienen un 47% más de probabilidades de morir como consecuencia de la enfermedad que el promedio de la población indígena de Brasil”, destaca el informe.

Temor ante la pérdida de sabiduría tradicional

En este contexto de alta mortandad, las comunidades indígenas expresaron su preocupación por la amenaza que supone la enfermedad, ya que gran parte de ellas se encuentran en lugares remotos; por su carencia de instalaciones médicas; y porque sus habitantes son extremadamente vulnerables a la COVID-19 debido a su menor capacidad de inmunidad y su falta de condiciones para hacer frente a la misma

Especialmente grave es la situación de los ancianos, que debido a sus conocimientos ancestrales son las personas encargadas de mantener la cultura tradicional y costumbres de sus pueblos. El principal temor es que la pandemia afecte y borre de algún modo su forma de vida y sus tradiciones.

Además, estas zonas, muchas de difícil acceso, reciben escasa atención y provisión de servicios básicos por parte de los Estados e incluso algunas no están municipalizadas por lo que no reciben recursos estatales para gestionar estos servicios.

“En consecuencia, la pobreza estructural puede alcanzar a más del 80% de la población en la región y los niveles de informalidad son extremadamente altos, llegando casi al 100% en algunas zonas rurales. Por ello, los indicadores de esas áreas -antes de la pandemia- eran de los peores de todos los países”, aclara el informe.

Altas tasas de mortalidad infantil y materna

Las principales causas de mortalidad infantil en la región, con indicadores significativamente superiores a las medias nacionales, son las infecciones respiratorias y las diarreas agudas.

“La incidencia de la diarrea acuosa es de 19,1 por 100.000 personas en el Amazonas colombiano, en comparación con 3,0 de la escala nacional. La tasa de mortalidad infantil es de 46,9 por cada mil nacimientos en la región”, especifica el estudio.

Del mismo modo destaca que “igualmente tiene las tasas de mortalidad materna más altas del país, hasta seis veces por encima del promedio nacional, lo que ilustra la deficiente infraestructura sanitaria general y los grandes desafíos logísticos de la región”.

El Plan indica que esta situación es similar en la zona fronteriza de los tres países.

También son comunes los brotes de enfermedades como el paludismo, el dengue y la chicunguña, y se explica que la falta de acceso a agua potable puede alcanzar entre el 70 y 80%.

Sin salud…y sin comida

En el apartado de seguridad alimentaria, “el departamento de Amazonas en Colombia, estima que el 59% de la población padece inseguridad alimentaria moderada o severa; en las zonas fronterizas de Brasil esta cifra es del 42%, mientras que en las zonas fronterizas de Perú se estima que es del 49%”.

En estas regiones más del 70% de las mercancías provienen de otras partes de los países, aumentando posteriormente los precios, y las limitaciones sanitarias provocan que las personas deban permanecer obligatoriamente en sus casas para no contagiarse, lo que deteriora aún más su capacidad de garantizar su seguridad alimentaria y sus medios de vida.

“La proximidad de las comunidades entre los tres países – a veces sólo separadas por una carretera y siempre conectadas a través del río Amazonas – requiere intervenciones coordinadas para mitigar el impacto de la pandemia con un enfoque de acción sin perjuicio. Todas las comunidades de la zona dependen del río para el comercio y para obtener hasta el 70% de sus suministros”, destaca el estudio.

Las actividades del Plan de Acción de las Naciones Unidas constan de 25 puntos divididos en siete apartados: salud; seguridad alimentaria y nutrición; agua, saneamiento e higiene; alojamientos temporales; protección; educación para emergencias y recuperación temprana. 

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