Los toques de queda, cierres, cuarentena y otras medidas de aislamiento impuestas como respuesta a contagios pueden causar también dificultades para el acceso a sus derechos económicos, culturales y sociales.
ACAMAYA/México
El COVID-19 está poniendo de relieve y exacerbando situaciones de derechos humanos a las que se enfrentan los pueblos indígenas, lo anterior preocupa al relator especial de Naciones Unidas sobre derechos de los Pueblos Indígenas, José Francisco Cali Tzay.
El pasado 19 de junio venció el plazo para que los Estados Miembros, organizaciones representativos de los pueblos indígenas, sociedad civil, de trabajadores y organismos sanitarios, instituciones nacionales de derechos humanos y otras partes interesadas, para contribuir con insumos para el informe que se presentará a la Asamblea General en octubre de 2020 sobre las repercusiones del COVID 19 en los derechos de los pueblos indígenas.
El informe permitirá al relator especial reunir, presentar y llamar la atención de la Asamblea General y del Consejo de Derechos Humanos hacia estas preocupaciones fundamentales de los pueblos indígenas para que las examinen y adopten medidas al respecto.
De conformidad con la resolución 42/20 del Consejo de Derechos Humanos, el relator especial sobre los derechos de los pueblos indígenas deberá dedicar parte de su informe a la asamblea para evaluar e informar sobre las repercusiones del COVID 19 en los derechos de los pueblos indígenas. El informe estudiará las iniciativas existentes emprendidas por los Estados, los pueblos indígenas y otras entidades para garantizar que los derechos y las necesidades específicas de los pueblos indígenas se tengan en cuenta y se aborden en la lucha contra la pandemia.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) menciona en una publicación de su página de internet que los pueblos indígenas están “excesivamente representados entre los pobres” y sufren tasas más elevadas de malnutrición, a lo que se suman los efectos de la contaminación ambiental y, en muchos casos, la falta de acceso a servicios adecuados de atención de la salud como consecuencia de ello, muchos tienen sistemas inmunológicos reducidos, afecciones respiratorias y otros problemas de salud, lo que los hace particularmente vulnerables a la propagación de enfermedades.
Se destaca que “los toques de queda, los cierres, la cuarentena y otras medidas de aislamiento impuestas como respuesta a la pandemia pueden causar dificultades adicionales para el acceso a los derechos económicos, culturales y sociales básicos”
(Cabe mencionar que este tipo de medidas se aplican actualmente en México de manera redoblada ante el aumento de contagios y defunciones en ciudades y comunidades. Mientras tanto el presidente, Andrés Manuel López Obrador, afirma que «la pandemia va a la baja y que está perdiendo intensidad». Toques de queda , cierres, regreso a cuarentena, son algunas medidas gubernamentales que están afectando a la población y en especial a los indígenas como ocurre a los mayas en los tres estados de la Península de Yucatán)
El aumento de las medidas de seguridad impuestas durante las situaciones de emergencia pueden repercutir directamente en las comunidades indígenas.
Se debe documentar el impacto de COVID-19 en los pueblos indígenas para orientar las respuestas de los Estados y asegurar que estos momentos excepcionales no exacerben o justifiquen la impunidad en violaciones de los derechos de los pueblos.
Teniendo en cuenta la importancia de la diversidad cultural humana y la innovación para sobrevivir a crisis como las pandemias, las respuestas nacionales e internacionales a la COVID-19 también pueden encontrar respuestas en los conocimientos y prácticas indígenas tradicionales, señala ACNUDH en su publicación.
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