El coronavirus afecta a los pueblos indígenas y los amenaza con su desaparición

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Publicado: 13 Ago, 2020

DW/Región.- En al menos 163 pueblos indígenas se han detectado coronavirus. Con más de 27.000 casos confirmados y un millar de fallecidos, las comunidades se encuentran en alto riesgo, incluso de desaparecer. Hoy, en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el llamado es a ayudarlos. Manaos en Brasil, Iquitos en Perú y Leticia en Colombia, son los puntos que concentran más casos de coronavirus en la Amazonia. Foto: F. Goisnard /AFP vía DW.

Los pueblos indígenas son una de las comunidades más vulnerables a infectarse de coronavirus en América Latina.

«Salvo en Belice, El Salvador y Uruguay, todos los demás países de la región confirman casos de personas indígenas contagiadas”, dijo Myrna Cunningham, presidenta del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC).

Pobreza, falta de agua y la existencia de enfermedades previas como el dengue, la malaria o la tuberculosis «debilitan seriamente a los pueblos ante la llegada de un virus desconocido», explicó. Asimismo, en los pueblos con poca población, «la llegada del virus no solo pone en riesgo la salud de las personas, sino que puede dar lugar al exterminio de culturas enteras”, alertó.

Por ello, junto al Foro Indígena de Abya Yala y cerca de una treintena de organizaciones indígenas de la región, crearon la Plataforma Indígena Regional Frente al covid-19 «Por la Vida y los Pueblos”. El pasado mes de mayo presentó un primer informe sobre «Los Pueblos Indígenas frente al covid-19”. En él, se apuntaba que, al menos 163 pueblos indígenas en Latinoamérica, estaban contagiados con el virus.

Infografik Covid-19 Fälle unter der indigenen Bevölkerung Lateinamerikas V2 ES

En mayo pasado, la Organización Panamericana de Salud (OPS) confirmó que el número de casos de covid-19 en la cuenca del Amazonas había superado los 20.000.

En los últimos tres meses, la pandemia se ha ido expandiendo. «Lamentablemente hemos visto que, en muchos casos, los estados nacionales han ignorado a sus conciudadanos indígenas o simplemente han tratado de expandir sus medidas estrictas, esencialmente diseñadas para zonas urbanas al área rural, que han demostrado no ser efectivas”, dijo Georg Dufner, director programa regional Participación Política Indígena de la Fundación Konrad Adenauer (KAS).

Una tendencia al alza y un riesgo creciente

Según datos del FILAC, hasta el 5 de agosto se habían contabilizado 58.630 positivos y 2.024 fallecidos. Asimismo, el riesgo de extinción acecha al pueblo indígena Yuqui, en Bolivia.

«Con apenas 342 miembros es considerado con alto riesgo de vulnerabilidad debido a enfermedades como la tuberculosis, fibrosis pulmonar, anemia, desnutrición y otros”, recalcó la presidenta del FILAC que también alertó del estado del pueblo Siekopai, entre Ecuador y Perú. «Con una población de solo 744 personas, atraviesa una grave situación ya que casi el 10% del total de sus miembros han sido contagiados”, agregó.

Por otro lado, según los últimos datos de la Organización Panamericana de Salud (OPS), los pueblos Waorani y Secoya en Ecuador, Guaraní en Bolivia y Tikuna, Andoque, Mokana y Andoque en Colombia, con una población inferior a 1.000 habitantes, son los más afectados. Además, la organización apunta que en México, hasta el pasado 26 de julio, fueron confirmados 5.413 casos, incluidas 766 defunciones. «Actualmente en el Istmo de Tehuantepec, que pertenece al estado de Oaxaca, las autoridades de salud reportan 1.130 casos y 171 defunciones”, dijo Diana Manzo, de la etnia zapoteca. «Los contagios han afectado a la comunidad mayor, son los que han fallecido, aunque también a la comunidad de 35 a 50 años de edad”, agregó.

«Ya han fallecido nueve abuelos que se han llevado todo el legado ancestral que no puede ser transmitido a las generaciones. Es una pérdida invaluable para nosotros y no tienen una muerte natural, si no por un virus que no es propio del territorio”, dijo Vanessa Teteye, indígena Bora del clan Iñeje, en Colombia.
La distancia entre los hospitales y las comunidades indígenas puede tomar varios días de viaje, sea a pie por la selva o en canoa, dependiendo de las condiciones del tiempo. Foto: Andreas Kay vía DW.

Resiliencia indígena contra la inacción estatal

«Aunque en general las respuestas estatales no han sido las necesarias, ni en cantidad ni en calidad”, consideró la presidenta del FILAC, el informe de la plataforma indígena recoge algunas de las acciones que están llevando a cabo los gobiernos de la región.

Así, destacó el caso de México que «desde el primer momento han desagregado datos relacionados con los pueblos indígenas, publicando información sobre contagios, fallecidos y recuperados”. «Otros estados, como Perú, aprobaron normas jurídicas específicas sobre pueblos indígenas y pandemia y protocolos sobre salud en Bolivia, Colombia o Ecuador”, agregó.

Programas de asistencia, mensajes en lenguas indígenas en Perú, Guatemala y México, son otras acciones que han llevado a cabo los gobiernos. No obstante, «los pueblos indígenas han demostrado una notable capacidad de reacción y resiliencia ante la llegada de la pandemia”, subrayó, apuntando a medidas de protección de sus territorios y la aplicación de conocimientos tradicionales.
La Plataforma Indígena Regional ha registrado cerca de un centenar de buenas prácticas entre las que destacan protocolos de movilidad social y seguridad, la traducción de los mismos en lenguas como quechua, aymara, guaraní, kichwa y achuar, entre otras. Foto: Tania Frank vía DW. 

Además del impacto sanitario, la pandemia también ha afectado a la economía local de las comunidades que deben buscar alternativas para mantenerse económicamente. 

En Guatemala y México se retomaron prácticas de intercambio de productos alimenticios. «Yo vendo pescado y lo cambio por pan y café, porque los mercados se cerraron, al igual que la venta en línea a través de redes sociales con servicio a domicilio”, explicó la joven zapoteca.
En Venezuela (foto), algunas comunidades han retomado las prácticas de recolección, caza y pesca, ante la escasez de alimentos. Foto: Fernando Trujillo/Fundación Omacha. 

Una iniciativa parecida se ha creado en Costa Rica con un ‘Estanco indígena de trueque virtual‘. «A través de WhatsApp se intercambian los productos para poder tener una distribución más equitativa”, apuntó Levi Sucre, coordinador ejecutivo de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques. No obstante, la iniciativa pretende llegar «a una comercialización de productos a público no indígena y poderlo incluirlo dentro del sistema de comedores del Ministerio de Educación para que se abastezcan de los productos de las familias indígenas y así poder generar algún ingreso”, avanzó.

La inseguridad alimentaria es una de las acciones urgentes que se deben abordar, según la Plataforma Indígena Regional. Por ello, el apoyo que ofrecen las organizaciones no gubernamentales e internacionales es muy útil.

«Nuestra ONG repartió paquetes de emergencia con alimentos locales, productos de higiene, instrucciones…”, dijo Jens-P. Bergmann, presidente de la ONG alemana Chance e.V. que coopera en el departamento de Cerro de Pasco, en la Amazonia peruana. «Financiamos el camión que recoge la cosecha de todos los comuneros y solo dos se trasladan al mercado para vender los productos de todos”, agregó.

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