Matices del acceso a la Información y brechas digitales en Pueblos Indígenas del Perú, en tiempos de Coronavirus

Colabora: Administrador

Publicado: 1 Oct, 2020

Perú.- Escrito por Roxana del Carpio.

Víctimas del Coronavirus, la desinformación y  las brechas digitales en la actualidad.

Garantizar el derecho  a la información adecuada, es también garantizar el derecho de salud de los pueblos indígenas. Es trascendental reconocer que la lucha contra el Covid-19, involucra  necesariamente al acceso de información preventiva, fidedigna y oficial. En el caso de las comunidades indígenas, se debe sumar el   tener en cuenta  la diversidad lingüística y cultural del lugar determinado.  Con ello, se posibilita accionar debidamente en nuestras formas de protección. De lo contrario, si ésa vital información no llega a todos y no es adecuada a las poblaciones indígenas, se corre el grave riesgo de no saber cómo prevenir;  en consecuencia, la vulnerabilidad se superpone y puede llegar a ser mortal.

Justamente, así,  fue el caso del esposo de doña María, un hombre aymara hablante de la altoandina región Puno,  quien desgraciadamente está dentro de la población víctima del despiadado Coronavirus, pues falleció a causa de éste y la desinformación, “El no creía mucho en éste Covid, ‘es por gusto’ decía y no quería usar el barbijo, a las justas se ponía,  uno simple nomas usaba”,  afirma la esposa de quien en vida fue don Helio.  Adicionalmente, María, cuenta que su compañero de vida,  estaba saliendo de éste  mal y que tercamente se bañó con agua fría, para no sentir   el sofoco que le provocaba y que luego de eso tuvo problemas de respiración y lo llevaron para el hospital, pero en camino falleció, finaliza Doña María (Ella no desea dar más datos de lo acontecido a su esposo y familia; situación entendible por el dolor y trauma que le ha tocado atravesar). 

El caso de Helio, es un claro reflejo de una situación cruda que viene pasando en muchos casos de nuestras y nuestros hermanos indígenas del Perú: Un carente acceso a la información oportuna con grandes muros, donde la casi nula información dirigida, no tiene sentido o aplicabilidad a su realidad.

Otras víctimas del coronavirus, por causa de las brechas digitales

El señor Ernesto Romualdo Lima, es un ex dirigente del  Centro Poblado de Tambulla en el distrito de Challhuahuacho, Cotabambas en la región Apurímac. Ernesto, fue una de las víctimas del conflicto socio ambiental -con la minera Las Bambas-,  suscitados en ésta zona del Perú en el año 2016, pues a raíz de esto, tiene una discapacidad física que le impide trabajar con la normalidad que lo hacía antes.  En la actualidad, la pandemia mundial y el abandono histórico de los gobernantes, también ha hecho victima a él, su esposa y a sus diez hijos e hijas. Ésta familia no sólo carece de información adecuada en prevención del Covid-19, sino también, sus hijos carecen de equipamiento y conectividad de internet para poder seguir  su educación básica regular a distancia, desde el portal web “Aprendo en Casa” -tampoco cuentan con un televisor para ver sus clases desde TV Perú, canal del estado-.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

Dentro de éste marco, alrededor del mes de mayo, el Ministerio de Educación desarrolló la estrategia “Aprendo en Casa – Cierre de brecha digital”, implementada por el Ministerio de Educación, cuyo objetivo es garantizar la continuidad y la calidad del servicio educativo a las y los estudiantes de educación básica regular, la que brindaría soluciones técnico pedagógicas – tabletas, para los alumnos del cuarto, quinto y sexto grado de primaria y de todos los grados en el caso del nivel de educación secundaria del ámbito rural. En la actualidad, a cuatro meses de terminar el año, decepcionantemente,  las poblaciones y sus estudiantes peruanos no palpan ésta ofrecimiento lanzado por ésta entidad.

Solidaridad de pobladores de Challhuahuacho: viendo la inmensa necesidad que viene atravesando la  numerosa familia de Ernesto, los pobladores de éste distrito a pesar de las necesidades que también viven ellos, vienen realizando colectas para comprar equipos celulares e internet, con el fin de que sus hijos e hijas no resulten desertores en éste año escolar. La profesora y lideresa social, Ana María Lima Ayquipa es una de las impulsoras de ésta noble causa “Los pequeños sufren, no tienen acceso a equipos, se han conseguido un celular, pero tienen que turnarse, no es suficiente tanto para los chicos de secundaria que necesitan más y los niños de primaria han perdido las ganas; y no sólo es el caso de Ernesto que pasa ésta situación, sino son muchos casos, pero el caso éste señor por su condición es un caso representativo, tenemos que apoyar”, dice firmemente.

La profesora de la escuelita Nº 501199 de la comunidad de Queullabamba del distrito de Challhuahuacho, en la región Apurímac, Ana María, se siente muy sensibilizada, por las diversas situaciones de brechas informativas y digitales en los pobladores indígenas de ésta región.

Ella es uni-docente, es decir, enseña al mismo tiempo a niños desde primero a cuarto grado de primaria.  “Los docentes de aquí, al igual que muchos docentes del Perú, nos hemos encontrado sin radio, ni internet, ni televisor,  así que hemos denominado “Aprendo en cerro y enseño en cerro” en vez de ‘Aprendo en Casa`, porque tanto los profesores hemos tenido que subir a cerros más altos para tener conectividad y los niños igual”, testifica.

La pandemia del Coronavirus, no sólo ha puesto en evidencia las carencias en nuestro sistema de salud, sino también nos refleja la realidad de las brechas digitales (Conectividad, equipamiento y competencias digitales) e informativas en nuestro país. Según datos del INEI, solo el 39,3% de hogares peruanos tiene acceso a internet, pero en áreas rurales esto disminuye duramente a un 4,8%. 

“Me gustaría que aunque sea éste programa  “Aprendo en Casa” se escuche desde un megáfono, pero lamentablemente las comunidades alejadas ni eso tienen”. Lamenta Lima Ayquipa.

Falta de adecuada intervención informativa con enfoque intercultural y comunitario para llegar a las comunidades indígenas: El caso de las “antenas 5G y el Coronavirus.

Comuneros de la comunidad Huachhua Chopcca, provincia de Acombamba, en la región Huancavelica, un poblado rural andino en Perú, retuvieron a ocho trabajadores de telecomunicaciones que reparaban una antena bajo la creencia de que contraerán el covid-19. He aquí éste caso de lo tantos suscitados en estas épocas de pandemia (Estos hechos se presentan también en las comunidades de regiones como Pasco, Ancash, Puno y otras), donde las poblaciones desconocen sobre el comunicado del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), acerca de que la tecnología 5G no ha llegado a Perú.  Está de más señalar, que los pueblos indígenas no están familiarizados con antenas u otros tipos de equipos tecnológicos-éstos son cuasi nuevos para muchos- y que además no están accediendo a información fidedigna.

El antropólogo  aymara  y catedrático en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno, Vicente Alanoca Arocutipa, sostiene que tenemos que entender que hay muchos problemas irresueltos en el país, uno de ellos es la incomunicación,  “a veces se busca estigmatizar a las poblaciones indígenas, con la ignorancia. No solo es decir: ‘vamos a instalar la antena y la gente va acceder`, ahí tiene mucha responsabilidad el gobierno, las empresas privadas y quienes estén involucrados”.  A  veces los ingenieros o mucha gente formada en cuestiones estrictamente técnicas, por su función, por más experto que sea, tienen que entender en ese contexto, no prima la cuestión técnica, sino prima más bien su cosmovisión, su filosofía, la diversidad cultural, la lengua”.

Suscribiendo a lo afirmado por el antropólogo aymara, los pueblos indígenas tenemos nuestros propios itinerarios en los procesos de comunicación, uno de los más importantes es el diálogo directo en la comunidad.Cuando éste proceso no se respeta, sucede lo que el antropólogo aymara  señala: “ésta incomunicación se traduce en un suerte de violencia, como una reacción natural por la situación compleja social, económica, política a la que está sometida éstas poblaciones; pero es posible planteamos ir por la ruta acorde a sus procesos de comunicación”.

Luces en el acceso a la información en medio de la borrosa presencia de estrategias informativas de los gobernantes en contextos de una pandemia mortal.

La organización Derechos Humanos y Medio Ambiente (DHUMA), de la mano de su equipo con mayoría de integrantes indígenas,  han construido mensajes sencillos,  comprensibles y con sentido a la realidad sociocultural de los habitantes indígenas del sur andino amazónico de la región Puno. Recalcando  que, los contenidos emitidos -aparte del español-, son realizados en idiomas nativos de la región,  como el quechua y aymara.  Tienen además diversas propuestas informativas que vienen produciendo, tales como el programa radial denominado “Arusa”, nuestra palabra– que también se transmite vía Facebook de la organización-, spots educativos radiales, etc.

De la misma manera, para fortalecer las medidas de prevención y contención del COVID-19 en los territorios de los pueblos indígenas, éste equipo, fomenta espacios de información y retroalimentación entorno a contextos de la pandemia  con grupos de mujeres indígenas, comunicadores indígenas, así también,  líderes y lideresas indígenas. Estos encuentros educativos y de discusión se dan virtualmente, desde plataformas como Zoom. Además para borrar las brechas económicas que pueda impedir la participación, cada uno de ellos y ellas cuentan con un apoyo económico para realizar recargas en internet en sus equipos celulares en cada sesión. También, algunos de los participantes han sido focalizados de acuerdo a la necesidad y condición económica, para recibir equipos celulares.

“DHUMA,  antes de la pandemia ya  tenía estos espacios de formación presencialmente dirigido a hombres y mujeres indígenas; incluso los hermanos líderes, le habían puesto un especie de nombre a estas escuelas de formación, decían que era ‘la universidad de las comunidades’, entonces ante la pandemia,  teníamos la inquietud de seguir asistiendo-a los hermanos y hermanas”, asevera el doctor Cristóbal Yugra, director ejecutivo de la Asociación Derechos Humanos y Medio Ambiente.

Digitalización de los encuentros de formación de líderes y lideresas indígenas, una iniciativa de amor y acción.

Al escuchar al director ejecutivo de DHUMA, escucho la voz enamorada de un equipo comprometido con la “universidad de las comunidades”;  fervoroso señala: “no podíamos dejar que las organizaciones de las comunidades queden a la deriva, sin el acompañamiento de DHUMA,  esta pandemia no podía dejarnos atados de manos, sentíamos ésa necesidad. No podíamos dejar que las organizaciones de desintegren, no podíamos dejar de brindarles conocimientos y lo más importante es que se genera una conversación una discusión  y articulación entre todos”.

Yugra, cuenta que el primer paso para éste proceso de digitalización de los encuentros de formación, fue averiguar sobre la mejor opción de aplicación para reuniones -eligieron zoom-. Como siguiente, el equipo se capacitó. “Luego nos hemos empeñado en hacer la convocatoria conjuntamente con Yola –la secretaria, una empoderada y bella mujer indígena aymara-; luego finalmente, los hemos capacitado y empezado a hacer las prácticas con ellos”.

Testimonios de participantes en la “universidad de las comunidades”.

Margarita Atencio Mamani, vocal de la Asociación Departamental de Mujeres Campesinas (ADEMUC), expresa que todo el conocimiento aprendido, lo comparte y, también ha tenido la posibilidad de ayudar a sus compañeras, “Por ejemplo en ésta pandemia he guiado a hermanas en condiciones de mucha pobreza, madres solteras y también hermanos que se han quedado sin trabajo por éste Covid, a que se empadronen  y puedan conseguir sus bonos del gobierno”.

A Margarita le florece como a su nombre, la palabra gratitud; ella cuenta que ha sido maltratada a lo largo de la vida,  y que gracias a DHUMA aprendió a hacerse respetar, a expresarse y defenderse, antes y ahora durante la pandemia.

Esta valiente lideresa aymara del distrito de Juli, en la región Puno, al mismo tiempo  que Flora Ticona, mujer quechua del distrito de Mañazo, en la misma región, afirman que gracias a las explicaciones de los doctores José Bayardo, Rodrigo Lauracio y Cristóbal Yugra,  saben sobre sus derechos en estos tiempos de Covid, en el estado de emergencia.

Flora Ticona, añade que éstos espacios de formación, le han ayudado a estar mejor informada y también menos estresada. Además, cuenta que el buen manejo que actualmente le da a  las herramientas  de comunicación virtual ha sido parte de un proceso  de aprendizaje, “las primeras veces tenía miedo, poco a poco los hermanos de DHUMA nos han ido enseñando, por ejemplo el activar el audio para poder opinar o preguntar, así como desactivarlo para no interrumpir las ponencias y las opiniones de los compañeros -y compañeras-”, cuenta con entusiasmo, la lideresa quechua.

Mujeres indígenas quechuas del sur de Perú,  desarrollan sus propias respuestas frente a la pandemia del COVID-19, desde sus saberes ancestrales; al igual que el “Comando Matico” en la Amazonía peruana.

Algunos miembros de  la Asociación de productoras agroecológicas indígenas “Flor del mundo” en el Sur de Perú.

A raíz de la emergencia sanitaria que vivimos en el mundo, en  la provincia de Melgar de la región altiplánica de Puno, la Asociación de Productoras Agroecológicas “Flor del Mundo”, vienen haciendo frente al COVID-19, desde la elaboración de botiquines de hiervas naturales medicinales, “Cada una de las socias han elaborado sus botiquines, con esto también, se está recuperando y revalorando la hierbas medicinales naturales para contrarrestar el contagio, como alternativa a la medicina farmacéutica”, expresa Adelma Quispe Condori, lideresa de la asociación de mujeres   indígenas.                                                                                 

La mujer y el hombre andino hemos coexistido históricamente en estrecha relación con el medio ambiente y  sus recursos, aprendiendo a administrarla para conseguir alimento, vivienda, vestimenta y salud, claro está.   Pese a las épocas de cambios vividos durante la colonización, hoy en día, a raíz de la pandemia,  se viene extendiendo y renaciendo mucho más el uso de diversas especies de plantas medicinales que en su mayoría son provenientes de la sabiduría ancestral y que dicho sea de paso, el uso de ellas,  no tiene por qué ser incompatible con las medidas sanitarias que los gobiernos han dado para combatir el COVID-19.

“La naturaleza nos brinda y debemos aprovechar para fortalecer nuestra salud y en caso puedan contagiarse las compañeras y sus familias, también puedan utilizar éstas hiervas”, afirma Adelma, quien hace unas semanas desgraciadamente ya se contagió del Coronavirus;   ella me cuenta que pudo hacerle frente a éste virus con hiervas medicinales que han calmado la tos, la ronquera y la fiebre producidos en ella. Incluso hasta ahora cura las secuelas producidas por este mal.                                                                                     

Ella  reflexiona que es afortunada de no haber presentado otros síntomas más graves que hubieran tenido la necesidad de recurrir a un hospital para que le accedieran a usar el escaso oxígeno en la región Puno.   Cabe recalcar, respecto al tema, que hasta hace aproximadamente dos semanas la región altiplánica, no contaba con una planta de oxígeno en ninguno de sus hospitales y fue la causa de numerosas muertes, esto es un reflejo de la realidad de nuestro precario sistema de salud en Perú.  “Yo me contagié vendiendo boletos para un sorteo de la ‘Oxitón-Ayaviri’ (campaña solidaria, que tenía como objetivo recaudar fondos para implementar una planta de oxígeno en su provincia, así también, comprar balones, adquirir pruebas rápidas, en el mes de agosto).

Centrándonos otra vez en la efectiva medicina ancestral andina,  son: el sasawi, la wira wira, eucalipto, coca, pino, ciprés, toronjil, hierba buena,  manzanilla, etc.,  algunas de las plantas medicinales que vienen usando -en infusiones y vaporizaciones- en estos tiempos de Coronavirus las mujeres y sus familias de ésta zona del Perú.

De la misma manera,  no es excepción que para contrarrestar al Covid-19, el uso de plantas medicinales se dé  también en una gran mayoría de pobladores indígenas de otras regiones de la zona sur del Perú, que incluyen Cusco, Tacna, Apurímac, Arequipa y entre otras regiones.

“Comando Matico– COVID-19”, en la Amazonia del Perú.

 “El pueblo, ayuda al pueblo”, es su lema.

“Somos un grupo humano multidisciplinario de jóvenes indígenas, Seguimos en la lucha frontal frente al COVID 19, apostando el acompañamiento y el diálogo entre nuestros conocimientos ancestrales sobre las plantas medicinales y los conocimientos de la medicina occidental. Demostramos la valentía y compromiso ante una autoridad que no atiende a la población vulnerable”,  es así como se describe el “Comando Covid”,  un grupo de 16 jóvenes voluntarios del pueblo Shipíbo-Konibo que también actúa con el respaldo de la DIRESA de Ucayali, pero, lo paradójico es que no reciben ayuda en el uso de instalaciones ni materiales. Pese a que, claramente los resultados de sus tratamientos ancestrales han sido positivos, puesto que han logrado salvar a más de 500 personas, según afirman sus integrantes.

Como podemos ver, distintas poblaciones indígenas, tanto del Sur Andino y la Amazonía del Perú, hemos logrado hacerle frente a ésta inesperada pandemia, con la resiliencia que nos caracteriza, a pesar  de que nos viene afectando de manera más fuerte, cruel y traumática, por causa de la desigualdad estructural en la atención sanitaria por parte del Estado. Esto no es más que una evidencia a la falta de reconocimiento genuino en nuestros derechos económicos, sociales, culturales, de salud y de información. Tenemos que seguir luchando por la plenitud del goce de nuestros derechos.

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