Carlos Chablé Mendoza
Acamaya/México
La Península de Yucatán se ubica en el sureste de México y en este territorio maya se asientan los estados de Quintana Roo, Campeche y Yucatán, la población indígena originaria comparte una misma lengua y cultura ancestral. Quintana Roo, es el único estado mexicano que tiene como límite el mar Caribe.
Hasta el momento de realizar este reportaje en 43 municipios del país con población indígena ha muerto la mitad de quienes enfermaron de Covid-19. A nivel nacional, de cada 100 enfermos, 10 han perdido la vida. El dato es reflejo de la desigualdad y las limitaciones que enfrenta ese sector en el acceso a los servicios médicos, reconoce un informe de la Secretaría de Salud (SSA) publicado en el periódico La Jornada del 22 de septiembre de 2020.
A causa de las complicaciones graves de Covid-19 han perdido la vida 1249 indígenas, quienes vivían en 244 municipios. En Benito Juárez, Quintana Roo, se tiene el número más alto de notificaciones, con 74. La mayor cantidad de decesos ha ocurrido en Yucatán (191), Oaxaca (157) y Estado de México (102), indica también un reporte de la Dirección General de Epidemiología.
Dirigentes y activistas de diversas organizaciones que realizan actividades relacionadas con la lengua y cultura mayas en los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo dijeron que a pesar de que instituciones gubernamentales y organismos de la sociedad civil elaboraron materiales en lengua maya, no todas involucraron a los pueblos indígenas en el diseño y desarrollo de las campañas informativas. Las instituciones oficiales tampoco tomaron en cuenta sus conocimientos y cosmovisión, además de que son insuficientes las acciones que garanticen el acceso a la información.
La representante de la Academia de la lengua y cultura mayas de Quintana Roo (Acamaya), Marisol Berlín indicó que, en los municipios de Felipe Carrillo Puerto, Solidaridad y Tulum, las instancias estatales como el Instituto para el Desarrollo del Pueblo Maya y comunidades indígenas de Quintana Roo (INMAYA) realizaron materiales sobre la COVID-19 que se difunden a través de redes sociales y emisoras radiales.
La información divulgada desde marzo y las medidas de prevención recomendadas han permitido pasar de la fase de crisis hasta la actual que es de recuperación económica y de la llamada “nueva normalidad” permitiendo la reanudación de varias actividades. Sin embargo, el turismo, actividad en la que se desempeñan muchos mayas de la península e incluso mayas migrantes de Chiapas no se recupera aún del todo y es muy alto el porcentaje de indígenas locales, avecindados y migrantes que quedaron sin empleos.
La nueva normalidad es posible gracias a que organizaciones no gubernamentales y del pueblo maya, algunas instituciones académicas y fundaciones, respaldaron la creación, divulgación y difusión de información valiosa y con pertinencia cultural que se distribuyeron en algunos medios, así como conversatorios, talleres virtuales y charlas en comunidades, dijo Berlín.
Pese a lo anterior, la representante de Acamaya afirmó: No sentimos que el Estado y los gobiernos hayan involucrado a los pueblos indígenas en el diseño y desarrollo de las campañas informativas, se nos ve aún como receptores de mensajes, como menores de edad a los que se tiene que enseñar e ignoran que los pueblos tienen sus propias prácticas tradicionales de manejo de las crisis, y sobre todo un vínculo con las plantas medicinales y otros elementos de su entorno natural.
Por lo anterior, a pesar de las campañas informativas oficiales, personas con síntomas de COVID-19 no quisieron acercarse a los hospitales y prefieren pasar la enfermedad en sus casas, aliviándose con remedios propios como el consumo de plantas medicinales y desarrollando técnicas de sobrevivencia que en muchos casos han resultado eficaces.
Lamentó que no se haya tomado en cuenta el conocimiento y cosmovisión indígena en el diseño e implementación de medidas de prevención en respuesta a la pandemia. La tónica ha sido ir a contracorriente. En las comunidades se implementaron filtros o cierres, lo que primeramente fue criticado por las autoridades y sectores no indígenas, pero luego, las mismas autoridades tuvieron que implementar rigurosos filtros y cierres como ocurrió en Chetumal, la capital de Quintana Roo, que es uno de los sitios con más alto el índice de contagios.
Lo inadecuado y falta de pertinencia cultural en la información gubernamental se refleja en que la población indígena y no indígena están muy lejos de seguir al pie de la letra las medidas como: sana distancia, lavado continuo de manos, uso de cubrebocas, y la desinfección permanente. Las obedecen recién cuando llega el momento en que ven de cerca la muerte de familiares y personas cercanas.
Destacó como otro hecho positivo, además de los filtros comunitarios, la manera de enfrentar la pandemia desde las comunidades y el uso de las redes sociales por mujeres mayas creadoras de arte bordado. Promueven sus productos mediante dichas redes que antes se usaban tenuemente y ahora son herramienta prioritaria en la que se desenvuelven sobre todo jóvenes mayas que han tenido acceso a educación superior y al uso de modernos dispositivos.
El peligro no ha pasado, señaló Berlín y destacó que la pandemia provocó el aletargamiento de la economía, pero también hizo brotar la creatividad para diseñar alternativas y fabricar cubrebocas con aplicaciones del bordado maya ancestral. Se revalora la herbolaria y farmacopea indígena, y sobresale la solidaridad entre mujeres que se manifiesta, por ejemplo, en las actividades de la Casa de Atención a la Mujer Indígena a cargo de la Coordinadora de Mujeres Mayas de Quintana Roo, organización cercana a la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas (CONAMI).
En tanto, Soco Loeza, directora del Colectivo de Teatro Ariel Méndez del municipio de Tecoh, en el Estado de Yucatán, al referirse a la información difundida por los medios de comunicación, dijo que solamente escuchó en la radio normal de frecuencia modulada algunas cápsulas, pero que no son lo suficiente. La que se divulgó en lengua maya fue difundido en su mayoría por internet, a través de las radios Tuklik y Yúuyum, esta última solo por internet. En el caso de radio Tuklik tiene una frecuencia que permite dar cobertura a las poblaciones de Tahdziú, Mayapán, Nenela, en el sur de la entidad, y ha proporcionado más información sobre la COVID-19 en lengua maya.
Mencionó que solamente los jóvenes, y quienes tengan por lo menos un celular con datos suficientes, pueden tener acceso a las redes sociales. Afirmó que la brecha es muy amplia para poder acceder a información generada en medios digitales, que igual sucede con temas de educación, salud y cultura.
Las prácticas de instituciones y organizaciones no son suficientes si no toman en cuenta espacios comunitarios para dar acceso a la información; las bibliotecas y escuelas deben tener los medios para conectarse y poder acceder a lo poco que se produce con pertinencia cultural.
Destacó el trabajo de la radio Tuklik, que es un medio que apoya la asociación Educación, cultura y ecología (EDUCE, AC) y acerca de las trasmisiones de la radio gubernamental indigenista XEPET mencionó que solo puede escucharse en Tecoh, su municipio, a través de internet porque está lejos, transmite desde Peto, Yucatán, municipio vecino con el estado de Quintana Roo.
Los canales de gobierno no son utilizados para estos fines de dar información a comunidades indígenas, están siendo desaprovechados, así sucede con la televisión y demás radiodifusoras, agregó Loeza.
Cuestionada sobre si en las campañas informativas oficiales se toma en cuenta el conocimiento y cosmovisión del pueblo maya y si en estas existe pertinencia cultural, Soco Loeza dijo: A mi parecer es nula, una media hora de noticia y las cápsulas esporádicas en lengua maya son insuficientes.
Por su parte, Romel González Díaz, coordinador de Democracia y Desarrollo del Consejo regional indígena y popular de Xpujil (CRIPX) del estado de Campeche, dijo que entre los aprendizajes que deja la pandemia está la importancia de fortalecer la comunicación de las comunidades buscando distintas alternativas como pueden ser el uso de las plataformas. Indicó que este proceso ya fue iniciado con muchos jóvenes y mujeres indígenas que aprenden a utilizar mejor el teléfono, la computadora y el internet.
En Calakmul, municipio de Campeche, las compañeras indígenas asumieron además del papel de estar como siempre en la casa, el dar atención y buscar medicina herbolaria tradicional que puede hacer una mejor defensa del organismo. Son las primeras en acudieron a los talleres de información sobre el COVID-19 y sobre el uso de medicina alópata y homeópata tradicional, así como de equipos de medición de temperatura como los termómetros digitales.
Mencionó que además de la pandemia resintieron los efectos de la tormenta Cristóbal que provocó inundaciones en la región y que fueron también las compañeras quienes asumieron un papel de liderazgo. Junto con los jóvenes participaron activamente en estos casos. Los jóvenes también instalaron los filtros y retenes en cada comunidad para evitar contagios, llevando cubre bocas daban explicaciones; llevando también información y avisos a las casas, haciendo levantamientos de información, todo lo anterior resultado de procesos de capacitación que hemos desarrollado como organización.
El CRIPX realizó durante la pandemia talleres de comunicación y es un proceso que desarrolla tanto con los indígenas que estaban fuera, como los de adentro de sus comunidades. Ubicamos qué tipo de equipos se pueden usar mejor y también las plataformas en la red para hacer reuniones virtuales y continuar los talleres. Lo seguimos haciendo y en este caso personas que no viven la comunidad, en especial jóvenes, nos ayudaron a dar información de manera virtual o vía teléfonos celulares, así las familias han podido estar informadas.
Aseguró que “no estamos peleados con aquellas gentes que nos puedan dotar o proporcionar herramientas teórico prácticas para una mejor comunicación y que comparten sus mejores saberes en este tema”. Estamos ahora ubicando qué tipo de equipos usar y cuánto cuestan para dar una mejor alternativa de comunicación e información a las comunidades, más ahora que está tan demandado esto de las clases en línea o televisión para la niñez y juventud.
Humberto Mauricio Chí Cohuo, escritor y promotor de lengua maya, representante de la Red de juventudes indígenas para la transformación de México en el municipio de Calkiní, Campeche, dijo también que no se tomó en cuenta la cosmovisión maya durante la pandemia y que los nuevos líderes jóvenes sumaron esfuerzos con quienes tienen experiencia para informar a las comunidades mayas, en su lengua y de una manera clara, precisa pero que no fue lo suficientemente.
El gobierno solo daba información de una manera técnica y poca clara para las comunidades y hubo comunidades en donde no llegó información, más cuando se suspendió el servicio de los transportes públicos. Aseguró que las mujeres jugaron un papel principal para dar información importante pues ellas son quienes atienden a los enfermos, son de hecho economistas y ahora, al no haber escuelas abiertas, son además maestras de sus hijos en la nueva normalidad.
El papel de los líderes es muy importante para transmitir una adecuada información y promover la adecuada aplicación de medidas recomendadas para la prevención de contagios. Siempre será fundamental el proporcionar una información clara, en las lenguas maternas de las comunidades y puedan así multiplicarla.
En mi comunidad, los que tenemos acceso a información, la compartimos a través de distintos medios y en nuestra propia lengua, ya sea por perifoneo con altavoces, mediante redes sociales y en todos los medios posibles para enfrentar la pandemia, mencionó Humberto Mauricio Chí.
Antes de concluir esta redacción conversé con personas de oficios diferentes. El taxista dijo: esto de la pandemia nunca terminará, cada que muere alguien la autoridad dice que fue por COVID-19; el carnicero dijo molesto: hasta los perros se ríen de nosotros porque estamos enmascarados todo el tiempo; un campesino que bajó a la ciudad comentó: tuve fiebre ayer, pero estoy bien, la gente en la comunidad se muere, pero de otras cosas. Todos al parecer usan cubrebocas más como requisito para trabajar o transitar por lugares públicos que por prevención. Rumbo a casa miré como una pareja que iba en bicicleta se detuvo para sacar de su bolsa el cubre boca y ponérselos antes de llegar al centro de la ciudad.
0 comentarios