En la península de Yucatán y sobre todo en Quintana Roo los mayas ya no son un pueblo que vive únicamente en el campo de las actividades primarias, un gran porcentaje de la población está incorporada al empleo que proporciona la actividad turistica. Ahora son parte de las grandes ciudades como Cancún, Playa del Carmen, Solidaridad y Tulum. Otro sector importante de la población maya del centro del estado se traslada todos los días en autobuses a los establecimientos donde prestan sus servicios como mano de obra y están expuestos al contagio.
Ante los efectos del COVID19 los centros de trabajo han cerrado puertas en la zona turística. En la llamada Rivera Maya, Cozumel, Cancún hay despidos masivos, reducción de salarios o vacaciones adelantadas. La gente está regresando a sus pueblos abatida. En no pocos casos como en Peto, Motul o Valladolid las autoridades locales ponen trabas a la movilidad violando derechos humanos de los mayas que se emplean en Quintana Roo.
El fenómeno turístico, que se ha aprovechado de nuestra riqueza arqueológica y biótica heredadas de los antiguos mayas nos coloca hoy en el foco del contagio. Quintana Roo es primer lugar en contagio per cápita. Ahora están cerradas las zonas arqueológicas, los centros vacacionales, ahora nuestra gente regresa a casa a resguardarse o a asumir el riesgo de trabajar en lo que haya.
Si sabemos que en los hospitales no hay ni habrán las condiciones para internar y atender a todos, por lo que a causa de la pandemia la pasaremos en casa, recurriendo a nuestros propios medios y remedios. Se desenpolvará la memoria, recurriremos nuevamente a las hierbas medicinales y al consumo de animales silvestres, a las gallinas de patio y nuestros sembrados tradicionales. Es posible que el fruto del Ramón regrese a nuestra dieta en sustitución del maíz. Las fiestas patronales, que entran en su apogeo esta temporada, tendrán que variar, porque de no hacerse podría haber castigo a nuestros pueblos.
Por otra parte, llama positivamente la atención a esta Academia de Lengua y Cultura Mayas de Quintana Roo, A.C. (ACAMAYA) que ahora, como nunca antes, se están generando una serie de materiales y mensajes en plataformas como Facebook, WhatsApp y YouTube en lengua Maya, producidos por jóvenes profesionistas que han asumido el reto con su lengua y cultura. El uso de las redes nos permite fortalecer a estas, a visibilizarnos como mayas, prestigiar y darle valor a nuestro idioma lo que redunda en contribuir a la indicación #quedateencasa #p’aatentawotoch.
En todo este contexto, como pueblo indígena maya requerimos atención de las autoridades para afrontar desde hoy en nuestras comunidades y colonias populares la crisis que se agrava con la pandemia. La situación se ve dura a futuro porque, aun cuando en unas semanas el COVID19 se estabilice, no es seguro que el turismo se restablezca pronto. En cada país y cada región la gente está y estarán viéndose el tuch (ombligo), lo que ameritará que la resiliencia sea el faro del futuro. En este momento recordamos al Estado Mexicano su compromiso con los pueblos originarios. La respuesta debe ser pronta, pertinente y con altura de miras.
Sofía Marisol Berlín Presidenta del Consejo Directivo de la ACAMAYA
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