ONAMIAP/Perú.- Anchonga (Huancavelica), el distrito más pobre del país, ya registra casos de coronavirus en su territorio. Este avance de la pandemia en los sectores más vulnerables es el reflejo del abandono estatal ante su falta de políticas de salud. Por eso, desde ONAMIAP reiteramos que se conforme una comisión multisectorial con nuestras organizaciones indígenas para construir medidas efectivas para los pueblos indígenas, y que las organizaciones indígenas formemos parte de los comandos contra el COVID-19 a nivel nacional, regional y local.
Hermanas y hermanos de Anchonga quedaron varados en la garita de Corcona. Foto: Hugo Curotto / Grupo El Comercio.
La pandemia del coronavirus está matando gente en el Perú como consecuencia de otra pandemia estructural: la del abandono del Estado a los sectores más vulnerables y la falta de políticas en salud. Por eso quienes más sufren son los más pobres, como Anchonga, el distrito huancavelicano que es el más pobre del país.
Este caso muestra la verdadera cara del Estado frente a la pandemia: 500 personas de Anchonga se quedaron varadas en Lima cuando se decretó la cuarentena. Como tantas otras, emprendieron a pie el regreso a su lugar, desesperadas por no tener qué comer, dónde dormir, cómo protegerse del COVID-19. Las intervinieron en la garita de control de Corcona y detectaron 53 personas infectadas. Hoy de los 245 casos de coronavirus en Huancavelica, más de 50 son de su distrito más pobre.
Sabemos que estas cifras no son las reales porque no hay pruebas suficientes y las pocas que hay no llegan a nuestras comunidades, donde, además, las escasas postas de salud existentes están cerradas por falta de personal y materiales de protección. Ni qué hablar de una atención de calidad y con perspectiva intercultural.
En las zonas andinas, donde las heladas son un recurrente desastre climático, las personas, sobre todo adultas mayores, niños y niñas, son más vulnerables al contagio porque su sistema inmunológico está debilitado y se multiplican las enfermedades respiratorias, agravadas por los altos índices de desnutrición y anemia.
No es el coronavirus en sí mismo el que está matando: es esa falta de políticas de salud, preventivas y de contención. Es la resistencia del Estado a ver la salud como un derecho. Por eso desde ONAMIAP, reiteramos nuestra demanda planteada al gobierno desde el inicio de la pandemia: la conformación de una comisión multisectorial entre el Estado y las organizaciones indígenas, con poder de decisión, para construir medidas efectivas para los pueblos indígenas, desde los enfoques de derechos, género e interculturalidad. Y también demandamos que las organizaciones indígenas formemos parte de los comandos contra el COVID-19 a nivel nacional, regional y local.
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