ONAMIAP/Perú.- El Estado de Emergencia viene profundizando las brechas de desigualdad en Huancavelica, la cuarta región con el mayor número de comunidades campesinas (672): el 90% de sus niñas y niños no puede acceder a la educación a distancia; sus retornantes no cuentan con el apoyo estatal; y su distrito más pobre, Anchonga, ya presenta casos de coronavirus. Todo sin la más mínima intervención del Estado y menos del Ministerio de Cultura, pese a que las organizaciones indígenas nacionales hemos exigido una estrategia integral de prevención y atención para nuestros pueblos indígenas. Por eso, desde ONAMIAP reiteramos la creación de una comisión multisectorial con nuestras organizaciones, con poder de decisión, para hacer frente a esta pandemia de manera efectiva.
Huancavelica es una de las regiones con mayor índice de pobreza en la región. Allí tienen sus territorios 672 comunidades campesinas del pueblo indígena quechua. Y es en esta región donde el 90% de los niños y las niñas no pueden acceder a la educación a distancia mediante el programa “Aprendo en casa”, según ha declarado el propio director regional de Educación, Wilfredo Mezarina.
Con una tasa regional de analfabetismo de 17.5%, mayor en las comunidades quechuas huancavelicanas, éstas carecen de televisores, tienen poco acceso a la radio y menos a Internet. El Ministerio de Educación ha diseñado “Aprendo en casa” para las ciudades y el Ministerio de Cultura no hace nada para que se diseñen programas de educación especiales para los niños y las niñas indígenas.
Lo cierto es que la pandemia ha llegado también a los pueblos indígenas andinos y el Ministerio de Cultura, supuesto ente rector, no ha hecho nada, hay un olvido total. Al punto que a inicios de mayo los alcaldes de las provincias huancavelicanas de Angaraes y Huancavelica, entonces con 48 y 57 casos positivos de coronavirus, respectivamente, tuvieron que decretar inmovilización total durante cinco días.
Este problema en toda la zona andina se ha gravado con el caso de cientos de retornantes a quienes la cuarentena sorprendió fuera de sus comunidades de origen. Sin tener qué comer ni dónde dormir, mientras que a los extranjeros varados los hospedaban en hoteles lujosos, emprendieron a pie el retorno a sus comunidades, muchas veces siendo rechazados por las autoridades regionales y sin espacios donde pasar una cuarentena previa a su ingreso.
En resumen, el Estado en su totalidad y menos el Ministerio de Cultura se preocuparon por consensuar y aprobar con las organizaciones indígenas nacionales una estrategia integral de prevención y atención para nuestros pueblos indígenas, pese a que como ONAMIAP lo hemos solicitado desde el inicio mismo del estado de emergencia. ¿Nuestras vidas valen menos?
Nuestros derechos individuales y colectivos como pueblos y como mujeres indígenas no quedan en suspenso con el estado de emergencia, menos nuestros derechos a la vida y la salud. Por eso ONAMIAP ha planteado también la creación de una comisión multisectorial con nuestras organizaciones, con poder de decisión, para hacer frente a esta pandemia de manera efectiva. ¡Estrategia integral para pueblos indígenas ahora!
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