La muerte de un líder indígena conmueve a Perú

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Publicado: 6 Jul, 2020

ELPAÍS/Perú.- El líder indígena de la etnia amazónica awajún, Santiago Manuin Valera, falleció la noche del jueves por la covid-19 en un hospital de la costa norte de Perú, a 13 horas de camino de su distrito y del bosque que defendió toda su vida en Santa María de Nieva, en la región amazónica. El protocolo sanitario disponía que fuera incinerado o inhumado en Chiclayo, pero al tratarse del líder espiritual de los pueblos awajún y wampís, los dirigentes e instituciones explicaron a las autoridades de Salud y de Cultura que el sabio debía volver a su territorio para ser enterrado conforme a su costumbre. Y así ha ocurrido.

Entre otros cargos, Manuin fue presidente del Consejo Aguaruna-Huambisa del Alto Marañón, consejero regional del Gobierno de la región de Amazonas, y en 1994 recibió el Premio Reina Sofía por su trabajo por el medio ambiente y los derechos humanos en un territorio que incluye dos reservas comunales de bosque tropical húmedo. El 5 de junio de 2009, al final de una huelga contra decretos gubernamentales que afectaban el agua y el régimen de la tierra, la policía disparó para desbloquear una carretera en Bagua (Amazonas). Manuin había levantado los brazos para pedir el alto al fuego –pues los cientos de ciudadanos awajún y wampís y profesores de la región se alistaban para salir de la vía– pero la ráfaga de los agentes le produjo ocho orificios en la zona abdominal.

En el enfrentamiento murieron 23 agentes de las fuerzas del orden y diez indígenas. Manuin fue llevado al hospital Las Mercedes de Chiclayo, donde tres policías se turnaban para vigilar su detención debido a su participación en la huelga en el Amazonas. Desde entonces, el apu –jefe indígena– luchó, además, contra complicaciones de la diabetes y en 2016 le amputaron una pierna. Junto a 51 miembros awajún y wampís enfrentaron un juicio por los hechos de 2009, del que fueron absueltos en 2018.

La covid-19 llegó a Amazonas el 4 de mayo, luego de que la mayoría de autoridades locales y comunales vigilaran e impidieran el ingreso de personas procedentes de las ciudades, conscientes de que no tenían servicios sanitarios para defenderse de una infección en una de las regiones más pobres del país. A mediados de junio, Manuin presentó síntomas del nuevo coronavirus y sus hijos lo llevaron al hospital del distrito de Nieva, pero los sanitarios no lo atendieron por falta de indumentaria de bioseguridad, según contó su hija Luz Angélica. Días después, con la colaboración de autoridades locales y religiosas fue trasladado a un hospital de Bagua, pero necesitaba oxígeno. Los médicos esperaron tres días a que se desocupara una cama en Chiclayo para atenderlo.

El Ministerio de Cultura se involucró en ese momento y una ambulancia lo trasladó en un viaje de siete horas. Cuatro días después, Manuin falleció. El viernes, el ministro de Cultura, Alejandro Neyra, viajó a Chiclayo para recoger a la hija menor de Manuin, Erika Sekut, y el féretro del líder para trasladarse a Nieva. El obispo de Jaén, el jesuita Alfredo Vizcarra, colaboró para que los restos pudieran volver a donde correspondía. “Llegamos a la base militar Ciro Alegría. Personal sanitario de Santa María de Nieva, con los protocolos de bioseguridad, se encargó del féretro. Lo subieron a un deslizador para ir a Nieva. Como las ceremonias no están permitidas, le pedí al alcalde que tratáramos de hacerla rápido. De manera excepcional paramos en Nieva para la despedida del pueblo antes del entierro en su casa”, relató el ministro Neyra a EL PAÍS.

Durante la víspera del entierro, en un chat de WhatsApp, activistas, antropólogos, trabajadores sanitarios, comunicadores y autoridades locales coordinaron hasta entrada la noche para que las radios regionales de Nieva y Kampagkis transmitieran la ceremonia. Los ataúdes de Manuin y del primer alcalde indígena distrital, Francisco Juwao, fueron colocados bajo un toldo en la plaza de armas de Santa María de Nieva. El homenaje póstumo empezó a las dos de la tarde del viernes y duró 30 minutos. “No salgan de sus casas, estamos en directo desde la plaza con la despedida a nuestro hermano líder”, pidió el locutor de Radio Nieva, en una señal que también podía escucharse por Facebook.

Toque de silencio

“¡Presenten armas! ¡Permiso para iniciar la ceremonia!”, pidió un oficial del Ejército a Neyra. Y empezó el acto. ”Si hay que romper el protocolo hay que hacerlo, eso no significa faltar el respeto a nadie, que lo entienda el presidente, lo hacemos con el objetivo de reencarnar esa espiritualidad nuestra, del espíritu de Santiago Manuin que era un hombre luchador, y de Francisco Juwao nuestra primera autoridad indígena como exalcalde”, justificó el alcalde de Condorcanqui, Héctor Requejo, en la ceremonia. “Señor ministro, por favor, las camas UCI hágalas acá. Ya no quiero que más hermanos vayan a hospitalizarse a Bagua ni a Chiclayo, no permitiré que los entierren allá, hay que evitar el desplazamiento a otros pueblos”, siguió Requejo.

El alcalde y el ministro de Cultura colocaron las banderas a media asta en la plaza, en el primero de dos días de luto por los fallecidos por la covid-19. El hijo de Manuin tomó la palabra con serenidad. “Quiero agradecer a las autoridades locales y nacionales, porque sabemos que se hicieron todos los esfuerzos necesarios, por eso el clan Manuin y el pueblo awajún estamos muy agradecidos por ayudarnos a devolver a mi padre al bosque que defendió hasta el final de sus días”, dijo. “Mi padre murió lejos de su bosque porque aquí en Santa María de Nieva el hospital provincial no cuenta con los implementos ni el personal necesarios para atender esos tipos de emergencias. Y esa es la realidad de muchos hermanos y hermanas awajún y wampis, por falta de atención y medicinas este virus se está llevando a varios líderes y lideresas, sabios y sabias de nuestro pueblo”, lamentó.

Un maestro de ceremonias le pidió abreviar su discurso, pero el hijo de Manuin siguió: “No es posible que los pueblos awajún y wampís, en medio de la Amazonía mueran por falta de oxígeno, no es posible que a puertas del bicentenario [de la independencia de Perú] los pueblos indígenas andinos y amazónicos no tenemos el reconocimiento que merecemos como habitantes ancestrales y ciudadanos peruanos”. Los sanitarios de Nieva llevaron el féretro a la parcela de Manuin, lo colocaron sobre una mesa cubierta por un mantel, al lado de un retrato del apu. La mañana del sábado, continuaban los trabajos de construcción del nicho en la casa. Erika Sekut contó a este diario que velaron a su padre “guardando distancia”, acompañados del obispo y el párroco, David Samaniego. “El nicho está al aire libre, en el lugar donde siempre se sentaba mi padre, cerca de mi casa. Cuando esté listo el nicho, que es como un murito, vamos a colocar un par de lanzas cruzadas de madera, significado del hombre guerrero”, precisó la hija menor del sabio awajún.

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