PERIODISTADIGITAL/Región.- Los pueblos indígenas de América Latina son uno de los colectivos más vulnerables frente a la COVID-19. En el evento digital organizado hoy por Casa de América se ha puesto voz a estas comunidades tradicionalmente invisibilizadas.
Con Myrna Cunningham, presidenta del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC) y Silvia Pérez Yescas, representante de Mujeres Indígenas para la Conservación, Investigación y Aprovechamiento de los Recursos Naturales (CIARENA AC).
Esta martes se ha retransmitido en directo el encuentro Pueblos indígenas y COVID-19, con el que Casa de América ha servido de altavoz a la falta de protección y precariedad en servicios de salud a la que se enfrentan estas comunidades en América Latina. En su introducción al acto, Ángeles Moreno Bau, secretaria de Estado de Cooperación Internacional, ha puesto de manifiesto la implicación con los pueblos indígenas de la Agenda 2030, tanto en su calidad de colectivo vulnerable como por las enseñanzas que pueden aportar al debate mundial, especialmente sobre el uso sostenible de los recursos.
Desde el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC) han constituido la Plataforma Regional Indígena frente al COVID-19. Así lo ha explicado la presidenta de FILAC, la Doctora Myrna Cunningham, que ha afirmado que “la pandemia podría implicar la desaparición de algunas comunidades indígenas», ya que existen zonas, como la cuenca amazónica, donde la situación es verdaderamente dramática. Cunningham ha explicado que muchas de las personas de estas comunidades no pueden cumplir con el distanciamiento social, al ser trabajadores informales, ni con el lavado de manos.
Esto hace que el racismo contra estos pueblos se extienda todavía más, ya que les acusan de estar propagando la enfermedad. Cunningham ha revelado también los datos con los que trabaja su institución: 163 pueblos, de los 800 que existen en la región, tienen casos de contagio. 500 personas han fallecido y han documentado más de 8.000 casos. A esta alarmante situación se une el hecho de que algunos de los infectados padecen también de malaria.
Para Silvia Pérez Yescas, representante de Mujeres Indígenas para la Conservación, Investigación y Aprovechamiento de los Recursos Naturales (CIARENA AC), el miedo de estas comunidades va ligado a la falta de información, la cual no se traduce a todas las lenguas indígenas: «Solo en México tenemos 364 variantes, y la información sobre COVID-19 solo se ha traducido a 22 de ellas». Pérez Yescas denuncia que están abandonados en todos los sentidos, más que nunca. Como arma de protección, muchas comunidades han optado por el autoaislamiento. Además, la que fue Premio Bartolomé de las Casas 2017, ha evidenciado el hecho de que los pueblos indígenas desconocen la Agenda 2030 y los ODS, y que sería necesario que esa información bajara al ámbito local.
En palabras de Myrna Cunningham, «Los pueblos indígenas tenemos mucho que aportar a la transformación del modelo: al cuidado del medio ambiente, a los conocimientos tradicionales, modelos de gobernanza o prácticas de reciprocidad que pueden cambiar las relaciones sociales positivamente». Silvia Pérez Yescas ha recalcado también la importancia de respetar la sabiduría de cada uno de estos pueblos, que viene de miles de años atrás.
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