Coronavirus en Perú: la región que contuvo con éxito la pandemia (y qué papel jugó la «violencia simbólica» de las rondas campesinas)

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Publicado: 14 Jul, 2020

BBC/Perú.- Coronavirus en Perú: la región que contuvo con éxito la pandemia (y qué papel jugó la «violencia simbólica» de las rondas campesinas)

Cajamarca -en el norte- es una de ellas, a diferencia de lo que ha ocurrido en Lima, Piura, Loreto y Lambayeque, por ejemplo.

«Cajamarca es una de las regiones donde más tardíamente se ha registrado un incremento de casos por coronavirus. La tasa es bastante baja con respecto a otros departamentos», dice Augusto Tarazona, presidente del Comité de Salud Pública del Colegio de Médicos del Perú.

Hasta este domingo, Cajamarca reportaba 3.494 casos confirmados y 129 fallecidos, según datos oficiales del Ministerio de Salud. Un escenario que dista mucho de lo que se vive en un departamento de similar densidad como Arequipa, que registra 8.917 casos confirmados y 406 decesos.

Hay varios factores que inciden en los resultados del quinto departamento más poblado del Perú.

Primero, su baja densidad de población en relación con la capital, Lima, que concentra tres cuartas parte de los habitantes del país.

Su ubicación geográfica dentro de la zona andina es otro, así como los determinantes sociales, que hacen de Cajamarca un lugar con más orden que otras partes del país.

Y, en ese sentido, las rondas campesinas son clave.

«En sus inicios, Cajamarca tuvo una intervención bastante efectiva con el apoyo de las rondas campesinas dentro de las poblaciones pequeñas, al crear cercos estrictos. Eso explica la postergación del inicio de la transmisión de nuevos casos», afirma Tarazona.

Pedro Cruzado, representante de la Dirección Regional de Salud de Cajamarca, explica que las autoridades de ese departamento se anticiparon a la cuarentena y, desde febrero, crearon un plan de contingencia ante la inminente llegada del virus.

Sin esperar el apoyo gobierno central, buscaron garantizar algunos recursos para dotar mejor a sus dos hospitales y aplicaron un cerco epidemiológico en sus cincos principales accesos.

Es ahí donde entraron en juego las rondas campesinas para mantener a raya el virus con el golpe de sus pencas.

¿Qué son estas rondas campesinas?

Son una organización comunal de defensa que funciona en Cajamarca desde 1976 y que se le conoce como el ejército de los pueblos.

Una fuerza de orden público que suma más de 500.000 miembros voluntarios en la región -mujeres incluidas- y que con los años extendió su influencia al resto del país hasta alcanzar un millón de ronderos.

Se les reconoce con facilidad porque actúan en grupo de 10 o 15 personas.

Mano dura contra el virus

El problema vino después, cuando el gobierno permitió el regreso a las regiones de quienes hacen vida en Lima.

La falta de trabajo en la capital movilizó el retorno de más de 30.000 cajamarquinos que entraron por los puntos de control. Pero se calcula que otros 10.000 ingresaron de forma irregular por los cerros, según comentó Cruzado.

«Costó hacer entender a algunos miembros de las rondas que debíamos recibir a nuestros hermanos, pues se pensaba que todo el que venía de afuera traía la enfermedad. Se logró. Pero controlar a las personas externas es lo más difícil», dice Santos Saavedra, presidente de la Central Única Nacional de los Ronderos del Perú.

Los piquetes se reforzaron, de día y de noche. Se crearon albergues comunitarios para que los recién llegados guardaran 15 días de cuarentena antes de entrar a cualquier localidad.

De paso, se exigió el cumplimiento estricto de las medidas sanitarias relacionadas con el distanciamiento social y el uso de mascarilla. Normas que aún se aplican, a pesar de haberse levantado la cuarentena.

Romper las medidas acarrea sanciones, como uno o dos pencazos (golpes), ejercicio físico, turnos en los piquetes o trabajo comunitario.

«Los incumplimientos lo tomamos como un desafío a nuestra autoridad y, en esos casos, aplicamos sanciones de corregimiento, como latigazos», explica Saavedra.

«Los castigos son proporcionales a la falta. Ni muy blandos ni muy extremos. A los malcriados que insultan o se exceden van a los calabozos, porque nadie se burla de las rondas», agrega.

Mirelis Morales TovarEspecial para BBC News Mundo, Lima

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