PERIODISMOPOPULAR/Argentina.- Si algo visibilizó la pandemia y el aislamiento fueron las fuertes desigualdades sociales, y las violencias que ciertos sectores de nuestra sociedad viven a diario, con o sin coronavirus. Sin embargo, en muchos casos la cuarentena potenció y acrecentó estas situaciones. En el caso de los pueblos indígenas de nuestro país, la discriminación y el racismo, la falta de acceso a servicios básicos como el agua y la imposibilidad de acceder al sistema de salud (o hacerlo, pero sufriendo fuertes violencias y estigmatizaciones) son solo algunas de estas problemáticas.
En este marco, más de 100 investigadores e investigadoras, 30 equipos de investigación, 12 universidades nacionales y dependencias del CONICET se juntaron para armar un informe nacional que visibilizara los efectos socioeconómicos y culturales de la cuarentena y la pandemia en los pueblos indígenas de Argentina. De esta manera, distintos equipos que vienen trabajando con diversas comunidades y pueblos indígenas recopilaron y sistematizaron datos que mostraran cómo se transita este momento en esta gran (y negada) parte de nuestra sociedad.
Alejandra Pérez y Ana Murgida formaron parte de la elaboración de este informe. Son antropólogas e integran el Equipo de Antropología del Riesgo del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, y desde hace años vienen trabajando con comunidades indígenas asentadas en territorios que actualmente son codiciados por el extractivismo hidrocarburífero. Desde Notas las entrevistamos para conocer más sobre el informe y sobre la situación de las comunidades que habitan en lo que hoy conocemos como Vaca Muerta en la provincia de Neuquén.
¿Cómo está compuesto el informe? ¿En qué parte participaron ustedes?
El informe se realizó en base a resultados de relevamientos llevados adelante por los equipos de docencia y/o investigación de diversas Universidades Nacionales. Los informes territorializados generados se compaginaron para producir un mapeo de la situación de los Pueblos Originarios en la República Argentina. Nosotras participamos en el informe, desde nuestro trabajo de investigación y extensión con las Comunidades Campo Maripe, Fvta Xayen, Newen Kvra y Wircalew, que se encuentran en los Departamentos de Añelo y Pehuenches, en la Provincia de Neuquén; situados en la cuenca hidrocarburífera y comprendidos en la formación geológica Vaca Muerta.
¿Cómo se está viviendo la situación en estos territorios? ¿Qué sucede particularmente con el acceso a la salud?
En las zonas de explotación petrolera la situación de salud de la población presenta situaciones de extrema gravedad y vulnerabilidad, más allá de los momentos de pandemia. La zona tiene una elevada contaminación del suelo, agua y aire, vinculada a los derrames, explosiones de pozos e incendios: la provincia reconoció que se producían dos derrames por día. En el caso del agua, la contaminación se observa en los niveles superficial y subterráneo.
Las vulnerabilidades estructurales en las poblaciones con las que trabajamos van desde el no acceso a agua potable, hasta precariedad en la tenencia de la tierra que forman parte de reclamos y conflictos. Particularmente las disputas territoriales giran en torno de la reducción de la productividad de las tierras por el impacto de la industria y por el acceso a agua segura para consumo humano, pero también para producción ganadera. Las patologías que refieren los pobladores de los Departamentos, son deficiencias orgánicas tales como insuficiencias renales y hepáticas. Al mismo tiempo presentan otras patologías como cáncer e hipotiroidismo, además de enfermedades crónicas propias de adultos mayores como hipertensión, hipercolesterolemia y diabetes.
¿Las situación de aislamiento y cuarentena generó problemas o agravó otros ya existentes?
En Añelo han construido un hospital, pero no cuenta con todos los servicios habilitados ni con el personal necesario para atención de psicopedagogos, psicólogos, psicolinguistas, cirujanos, nefrologos, equipo de dialisis y demás especialidades. Estas limitaciones obligan a realizar consultas en hospitales de otras localidades como de la ciudad de Neuquén (Rendón) y de la ciudad de Cutral Co (Maulu). El ASPO incidió en limitar el seguimiento de los tratamientos de quienes no contaban con permisos especiales para desplazarse a través de las rutas interjurisdiccionales. En el caso de Rincón de los Sauces, nuestra articulación es con la comunidad Newen Kvra, que reside en el ámbito rural, por lo que el impacto fue mayor ya que imposibilitó todas las consultas médicas. A esta situación debe añadirse que no tienen conexión a internet ni computadoras por lo que gestionar el permiso no era un trámite simple.
Otro de los problemas que se agrava es consecuencia de que en la matriz de la extracción de gas, las casas de los pobladores no siempre están conectados a la red. En el ámbito rural, aquellos que recurren a la calefacción a leña se vieron perjudicados porque no podían salir a recorrer para recolectarla, y en los casos periurbanos, por la falta de abastecimiento y distribución en los comercios, situación no asistida por el gobierno local. A todo esto se suman limitaciones generales en el marco del aislamiento.
¿Cómo fue la articulación con las organizaciones indígenas para la elaboración del informe?
Nosotras venimos articulando desde el 2014 con la zonal xavunko de la Confederación Mapuche de Neuquén, por lo que para la elaboración del informe hicimos consultas previas libres e informadas con los referentes antes de comenzar con las encuestas, pues estaban orientadas a la publicación de la información. Durante el ASPO el rol fundamental de esta organización sirvió para articular con los organismos del Estado municipal, provincial y nacional para acceder a los permisos, al IFE y para asistir a los integrantes de las comunidades.
¿Cuál es el rol que ustedes creen que se debe tener desde las universidades y la academia en estos momentos?
En términos generales, el rol de las Universidades entendemos que es el de formar profesionales con capacidad crítica de lectura de la realidad, y proveerlos de herramientas para generar conocimiento profundo sobre las diferentes problemáticas, físico -naturales, sociales y culturales, pero también para contribuir a generar respuestas con impacto en los ámbitos locales donde se realizan las investigaciones en conjunto con los actores locales, pero también articular diálogos y conocimientos para fomentar formas de gestión integrales.
Consideramos fundamental que este trabajo no quede en la denuncia colectiva, si no que sirva para articular políticas públicas que generen respuestas. Muchos de los profesionales involucrados en el proceso de desarrollo de este informe, podemos acompañar los procesos sociales orientados a generar lineamientos útiles para reducir las vulnerabilidades e inequidades que padecen estas Comunidades.
Nicolás Castelli
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