PROCESO/Honduras.– Los miembros de la etnia indígena Tolupán se acorazan en La Montaña de la Flor, en Orica y Marale, norte de Francisco Morazán, donde viven con miedo y sin medicinas ante la posible llegada del COVID-19.
– Tolupanes se acorazan en Montaña de la Flor para no dejar entrar la pandemia.
Aunque hasta el momento no se reportan contagios por el virus, que por ahora cobra la vida de 1 mil 377 personas en 146 días de pandemia, la etnia Tolupán se mantiene agazapada a la espera que no llegue a sus comunidades desposeídas e históricamente marginadas.
Los tolupanes viven en los municipios de Yorito, El Negrito, Morazán, Victoria y Olanchito, en el departamento de Yoro, así como en Orica y Marale, en Francisco Morazán. Se estima que actualmente su población es de aproximadamente 20 mil personas y están constituidos en 28 tribus distribuidas en ambos departamentos.
Restricción en entrada y salida
Gertrudis Bustillo, líder Tolupán, dijo a Proceso Digital que hasta la fecha en su tribu no se registran contagios de COVID-19. “Gracias a Dios no hay contagios, nos mantenemos con las instrucciones de no salir de la montaña a lugares donde se cree que existe el virus”.
La Montaña de la Flor, está situada en el municipio de Orica, al norte del departamento de Francisco Morazán, a unos 150 kilómetros de la capital Tegucigalpa. En este sector habitan cinco tribus que conforman la comunidad Tolupán de Honduras: San Juan, La Ceiba, EL Lavandero, Guaruma y Antiguo Paraíso de Marale.
La montaña colinda con las comunidades de Santa Cruz, Guayape, Orica; entre otras, en ellas ya se registran algunos casos de COVID-19, comentó Bustillo, quien asegura que para poder mantenerse libres del virus, han tenido que restringir la salida y la entrada de pobladores en la zona.
Medidas de prevención
“Para nosotros sería terrible que nos pegue una enfermedad de esas, prácticamente sería la muerte, porque no tenemos cómo poder viajar a un hospital, sabemos que si alguien de nosotros se contagia, no lo van a poder atender, porque hemos escuchado que no hay espacio en los hospitales”, dijo.
El líder Tolupán contó que hay muchas personas que han querido llegar a La Montaña, pero “han sido muy pocas a las que se les ha permitido entrar y ha sido a una distancia considerable, sin tener contacto, porque queremos que todos aquí estemos tranquilos, es la única forma en que nosotros podemos cuidarnos”.
La tribu de San Juan es la más poblada de todas, las demás mantienen poblaciones debajo de las 800 personas, entre niños, jóvenes y adultos. Todas conforman una asociación en la que comúnmente se reúnen para tomar decisiones que conciernen a la protección de su población.
Producción golpeada por la pandemia
Sin embargo, esta pequeña población, ha sentido en su producción de granos básicos, efectos de la pandemia en Honduras, porque el hecho de cerrar sus comunidades, no les permitió el acceso a contribuciones que comúnmente reciben, para producir en sus parcelas de tierra maíz y frijoles.
“Este año será muy poco lo que podremos sacar, porque las siembras no recibieron el tratamiento adecuado”, expresó Bustillo, asimismo asegura que en años anteriores, han logrado sacar entre todas las tribus, hasta 500 quintales de frijoles e igual cantidad de maíz “este año será mucho menos, porque nada ha funcionado”, acotó.
Sin medicinas y con miedo al COVID
“En la alcaldía de Orica, que siempre nos ayuda, nos dijeron que este año no se podría proporcionar la contribución porque no había dinero”, indicó Bustillo, quien agregó que en La Montaña de la Flor, hay un centro de salud, que apenas consta de un médico y una enfermera “no tenemos medicamentos y eso es un problema porque no podemos salir porque tenemos temor de contagiarnos”, afirmó.
No obstante dijo que otras enfermedades como fiebre, diarrea y neumonía han estado afectando a los pobladores y que de momento no se han podido tratar medicamente porque prefieren no salir y de esta manera evitar riesgos para contagiarse de coronavirus “estamos luchando porque esa enfermedad no llegue, confiamos en Dios que podremos seguir con salud”, concluyó.
Se facilitan brigadas médicas
El encargado de operaciones del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), Julio Quiñonez, señaló a Proceso Digital que el gobierno transfirió recursos a las alcaldías para que puedan darles asistencia a los habitantes de zonas marginadas a través de brigadas médicas o salas de triajes.
En el caso de los tolupanes, Quiñonez indicó que se transfirió recursos a la municipalidad de Orica para que puedan brindar asistencia a este grupo étnico a través de brigadas médicas que puedan cruzar la Montaña de la Flor.
“El traslado de los recursos a los gobiernos locales para que ellos puedan organizar los equipos de respuesta rápida que es un grupo de médicos que tendrían la capacidad de subir a la montaña, llevarles el medicamento y darles la atención”, dijo Quiñonez.
Explicó que con las brigadas médicas permite que los tolupanes tengan acceso a salud y no tengan que llegar a la parte baja de la Montaña de la Flor.
“Es más fácil que el alcalde pueda tomar decisiones como esta porque son los que conocen su zona, el alcalde de Orica debe tener en su planificación la atención de los grupos que están en la Montaña de la Flor”, aseveró.
Sin embargo, el subcomisionado indicó que hasta el momento no tiene conocimiento que existan casos de COVID en la Montaña de la Flor.
Definió que los tolupanes son cuidadosos debido que viven solos y limitan el acceso de personas ajenas a su grupo en la Montaña de la Flor.
Quiñonez aceptó que es difícil el acceso a salud para los tolupanes debido que no cuentan con un centro de salud o un cesamo.
Última visita en mayo
La Coordinadora de la Defensoría Nacional de Pueblos Indígenas y Afrohondureños, Odalis Rodríguez, le confió a Proceso Digital que están pendientes de lo que ocurre en las comunidades tolupanes, pero específicamente en La Montaña de la Flor las personas que cubren esa zona dieron positivo de COVID, lo que ha impedido que continúen con sus visitas periódicas.
Dijo que durante la pandemia hicieron, en mayo pasado, una visita a la comunidad Locomapa, junto a la Secretaría de Salud y Policía Nacional, en la que comprobaron que la seguridad alimentaria en ese lugar “es precaria”.
“En esa oportunidad la Secretaría de Salud les entregó insumos de bioseguridad, se envió un médico y se revisaron algunas personas. Se les pudo dar medicamento de las enfermedades que estaban padeciendo en ese momento en ningún momento presentaron síntomas de COVID”, externó.
Rodríguez dijo que igualmente dieron seguimiento a la repartición de víveres en las comunidades tolupanes, especialmente en Locomapa.
Reveló que en los últimos meses recibieron seis quejas por parte de afectados tolupanes en vista que tenían dificultades en salud y alimentación.
Puntualizó que “damos seguimiento a lo que sucede en la zona, aunque no tenemos presupuesto para entregarles víveres o insumos médicos”.
Apuntó que tanto Locomapa como la Montaña de Flor “se necesita que el Estado esté más presente”.
Se activó el Codem
Adalberto Ramos, Alcalde de MaraleEn tanto, el alcalde de Marale en Francisco Morazán, Adalberto Ramos, dijo que se activó el Comité de Emergencia Municipal (Codem) para impedir que el virus haga estragos en esas comunidades indígenas.
En comunicación con Procedo Digital, el edil relató que los miércoles y fines de semana se permite el ingreso de algunos comerciantes procedentes de Orica para que lleven productos básicos a las partes bajas que son las que las llevan hasta la montaña. Estas personas son escogidas y van con todas las medidas de bioseguridad.
Explicó que hay 12 comunidades en la Montaña de la Flor, entre los municipios de Orica y Marale.
“Esta zona la conocemos como la zona del puerto, donde está La Rosa, La Sabana, El Puerto, Los Ayotes, Los Sarros y otras. Estimo hay unos 500 habitantes entre estas 12 comunidades”, manifestó.
El edil Ramos externó que entregaron víveres a los líderes de estas comunidades para ser distribuidos entre sus miembros.
Desglosó que “se trata de zonas alejadas, donde no hay mayor circulación de personas que puedan llegar de otras comunidades”.
Esperemos que el virus no llegue
Hugo Maldonado, (Codeh)Finalmente, el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), Hugo Maldonado, indicó que el coronavirus es una enfermedad que está golpeando a todos los pueblos.
Dijo que el pueblo Tolupán siempre ha estado en el abandono, “esperamos que si son afectados por el virus tengan la atención respectiva”.
Expuso que debido a los patrones culturales, estas personas prefieren quedarse en sus casas aún con la enfermedad porque no creen que puedan fracasar, por lo que expresó: “Ojalá que los personeros de salud que hay a su alrededor puedan reaccionar oportunamente para atenderlos si ese fuera el caso”.
Maldonado citó el caso de los misquitos en La Mosquitia, quienes se estaban muriendo por el virus ante la apatía de las autoridades sanitarias, pero gracias a la labor de los medios de comunicación se logró que voltearan la mirada a esa zona postergada del país
“Esperamos que el coronavirus no se asiente en estas comunidades tolupanes. Es una responsabilidad de la Secretaría de Salud con todos los pueblos indígenas y máxime con uno como los tolupanes que han estado sucumbidos, escondidos e invisibilizados”, acentuó.
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