ELTIEMPO/Colombia.- El 11 de abril se registró la primera muerte de un indígena por coronavirus en Colombia. Hoy, cuatro meses después, ya son 244. De ellos, hay 160 abuelos indígenas, según la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de Colombia (Onic), lo que deja en evidencia su especial vulnerabilidad y reafirma que el covid-19 no solo pone en peligro su salud, también sus procesos políticos y, de paso, sus costumbres y sus lenguas.
Esta situación, que se repite en muchos países, puso en alerta a la ONU. En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado el pasado 9 de agosto, António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, aseguró que a la fecha hay 476 millones de indígenas en el mundo afectados directa o indirectamente por el coronavirus. Por eso instó a los gobiernos a “reunir los recursos para responder a las necesidades de estos pueblos, que antes del covid-19 hacían frente a situaciones arraigadas de desigualdad, estigmatización y discriminación”, dijo en un comunicado.
En Colombia, según la Onic, el 6 de agosto había 7.009 contagiados en 69 pueblos indígenas, de los cuales 244 han fallecido. De ellos, 160 eran mayores de 60 años. Según Gregorio Mirabal, coordinador de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, para los pueblos indígenas la muerte de un abuelo es como perder una catedral de Notre Dame.
“Cada pueblo tiene su memoria. En nuestro caso, son los abuelos los que transmiten esa historia de más de 10.000 años”, dijo. Agregó, sin embargo que, “como la catedral de Notre Dame, ellos también deberían recibir el apoyo del mundo para evitar su muerte”.
Y es que en muchos de los casos de los adultos mayores que han fallecido las denuncias se repiten: no contaron con asistencia médica, no les hicieron pruebas o murieron sin un diagnóstico claro.
El viceministro del Interior, Carlos Alberto Baena, dijo a EL TIEMPO que, para el caso de las pruebas y la asistencia, las mismas organizaciones indígenas están coordinando con el Ministerio de Salud. Agregó, además, que “del millón de mercados que fueron entregados en el país, 500.000 fueron para comunidades indígenas. También les entregamos 48.000 kits de bioseguridad para guardias indígenas. Además, planeamos hacer un banco de proyectos por 20.000 millones de pesos para garantizar su seguridad alimentaria y salud propia”.
EL TIEMPO habló con familiares y conocidos de algunos de los líderes y abuelos para conocer su importante rol en sus pueblos indígenas, que en algunos casos están próximos a desaparecer.
Cada pueblo tiene su memoria.
En nuestro caso, son los abuelos los que transmiten esa historia de más de 10.000 años
Maestra de su lengua
Aurelia Jifichiu del pueblo bora, enseñó a los más pequeños su lengua nativa. Falleció con síntomas de covid-19.Foto:
Cortesía de la familia.
En el Amazonas, en el kilometro 17 de Leticia, Aurelia Jifichiu vivía con su comunidad el pueblo muinane-bora, el que ayudó a construir hace más de 30 años, cuando llegó con su familia desplazada de la violencia en Caquetá. Tenía 59 años. Falleció con síntomas de covid-19 el 28 de junio.
Recibió diferentes reconocimientos por el Ministerio de Cultura, porque creó varios audiolibros en los que enseñaba la lengua bora, ya que era la única que la sabía hablar.
“Mi mamá sobrevivió a los maltratos que sufrió cuando estaba pequeña por hablar su lengua. Pero nunca la olvidó y quiso enseñarla a través de cantos y arrullos”, contó Gory Negedeka, uno de sus hijos, y quien en 15 días también perdió a su padre, Aniceto Negedeka y a su tío, Aurelio.
Arruyo
Aniceto Negedeka del pueblo muinane, ornitólogo, falleció con síntomas de covid-19.Foto:
Cortesía de la familia.Un cantor a las aves
Aniceto Negedeka pertenecía al pueblo muinane y tenía 70 años. También vivía en el kilómetro 17 de Leticia. Su historia durante su niñez es igual a la de Aurelia. Sin embargo, según cuenta Gory, su padre nunca perdió el temor a hablar en muinane y prefirió enseñarles a sus hijos el castellano. Pese a esto, fue reconocido en su comunidad porque escribió varios libros sobre el comportamiento de algunas especies de aves del Amazonas en su lengua nativa. Por este trabajo recibió varios reconocimientos del Ministerio de Cultura. “Con su muerte solo nos quedan audios de sus cantos a las aves”, dice Gory.
El nombre ancestral de Rodolfo Giagrekudo era Fruya Buinaima (el que reverdeció a la humanidad), indígena uitoto del clan almendro. Nació y murió en la Chorrera, Amazonas. Tenía 77 años. Según la Onic, era médico tradicional y sabedor ancestral, es decir, conocía el origen de la vida, según sus costumbres. Era quien decía cómo cuidar la naturaleza, conocía los lugares sagrados de los uitoto, sus danzas y sus rituales sagrados.
Fruya Buinaima del pueblo uitoto.Foto:
Archivo particularProtector de su lengua
Manuel Monje Peyo era del pueblo okaina, en Putumayo, pero vivía en Leticia. Tenía 73 años. Fue médico tradicional y para enviar a sus hijos a la escuela montó su consultorio médico en Leticia. Además, según cuenta su hijo Humberto Monje, era de los pocos que hablaba la lengua okaina. “Estamos próximos a desaparecer, queríamos hacer un proyecto con mi padre para recuperar nuestra lengua, pero falleció antes de tiempo”, expresó. También murió con síntomas de covid-19 en el hospital San Rafael de Leticia y sin un diagnóstico claro.Gobernador kogui
Aunque José de los Santos, cabildo gobernador del pueblo kogui, en la Sierra Nevada de Santa Marta, no era mayor de 60 años, su fallecimiento por covid-19 el pasado jueves conmocionó al pueblo kogui, como a quienes los conocieron por su lucha por proteger la Sierra.
Según Juan Mayr, exministro de Ambiente y quien lo conoció desde muy joven, fue un puente entre el mundo de los koguis y el hombre blanco. «Su legado, más allá de respetar a las autoridades tradicionales, fue impulsar el reconocimiento de la línea negra para la protección de la Sierra”, dijo Mayr.(Relacionado:Cabildo Gobernador será despedido con ceremonia en la Sierra Nevada)
José de los Santos del pueblo kogui, gobernador.Foto:
Ricardo Rey.
José de los Santos fue preparado desde muy joven para ser una autoridad tanto en su pueblo como afuera. «Para el pueblo kogui era muy difícil tener contacto con el mundo externo, porque tenían una gran limitación el español, esto hizo que José de los Santos fuera a un colegio», cuenta Mayr.
Fue promotor de salud, director de la IPS y por último fue seleccionado como cabildo gobernador durante más de una década. «Su arduo trabajo para el reconocimiento y protección de la línea negra, que se concentró en el decreto 1.500 del expresidente Juan Manuel Santos que redefinió los sitios sagrados de la línea negra y la interpretación de la línea negra, fue su gran contribución no solo para el mundo indígena, sino para toda la Sierra”, explicó Mayr. ‘Hay $20.000 millones para financiar iniciativas’
¿A qué acuerdos han llegado con las organizaciones indígenas?
En las más de 50 reuniones que hemos tenido, concertamos principalmente la destinación de recursos y la implementación de acciones para la atención de la pandemia en los territorios indígenas; y para la puesta en marcha de los planes de fortalecimiento integral de las comunidades, en aspectos como su gobierno propio y la acción estatal intersectorial.
¿Cuándo empezarán a funcionar los proyectos productivos?
El pasado 6 de agosto de 2020 nos comprometimos a desarrollar el Banco de Proyectos Fondo para el Buen Vivir, que financiará iniciativas de las comunidades indígenas, orientadas a la productividad en sus territorios, con un presupuesto de 20.000 millones de pesos que se invertirán en lo que resta de este año. En las próximas vigencias se destinarán recursos adicionales.
¿Cuál ha sido la articulación con MinSalud para la atención de los pueblos indígenas?
La articulación principal entre el Ministerio de Salud y el Ministerio del Interior, se ha realizado en la definición de planes de contingencia para la atención de la pandemia, los cuales se han concertado con los Pueblos Indígenas. En ese contexto se ha buscado implementar el Sistema Indígena de Salud Propio Intercultural (SISPI), para que la atención de la pandemia en los territorios indígenas corresponda a su concepción de vida colectiva, a la sabiduría y a la medicina ancestral de las comunidades.
Se expidió la Circular 015 del 13 de marzo de 2020, que contiene una hoja de ruta en materia de prevención, contención y mitigación de la presencia del coronavirus en los pueblos indígenas, expedida conjuntamente con el Ministerio de Salud y Protección Social. Los contenidos de esta circular fueron traducidos a lenguas de pueblos indígenas, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura.
REDACCIÓN MEDIOAMBIENTE
LEYROJ@ELTIEMPO.COM @Fanzinerosa
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