Seguridad y soberanía alimentaria en tiempos de Pandemia. Diálogos con autoridades indígenas de la región

Colabora: Administrador

Publicado: 4 Nov, 2020

La pandemia causada por el nuevo Coronavirus repercutirá en un incremento del hambre y la pobreza en los países de la CELAC. La región ha visto empeorar su seguridad alimentaria en los últimos años, y esta nueva crisis podrá impactar de forma especialmente severa a ciertos países y territorios” Así comienza el informe Seguridad Alimentaria bajo la pandemia de COVID-19, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) a petición de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (Celac).

Este informe habla que la inseguridad alimentaria, el hambre, en el año 2018 afectaba a 42,5 millones de personas en la región. Evidentemente las más afectadas son las poblaciones vulnerables, entre ellas, varios de los Pueblos Indígenas de la región, que con la situación actual, han visto incrementada su vulnerabilidad.

Sin embargo, lo cierto también es que hay casos en los que, pese a que nadie estuvo preparado para esta particular situación, muchas comunidades y pueblos indígenas han estado trabajando, desde antes, sobre el autoabastecimiento y la soberanía alimentaria. Y que, como lo veremos más adelante, no están teniendo los problemas y dificultades que tienen muchas otras.

En este reportaje presentaremos tres diálogos sostenidos con autoridades originarias de tres países de la región, buscando mostrar tanto los problemas que viven en relación a la temática, como los procesos de adaptación que llevan adelante, ante la poca o nula atención que reciben de parte de autoridades, tanto locales como estatales.

Comenzaremos por mostrar la vivencia del Pueblo Cayambe, para lo cual conversamos con Agustin Cachipuendo que es presidente de la Confederación Cayambe, nacionalidad que esta al norte de Pichincha en Quito, Ecuador. Está constituida por 173 comunidades que están distribuidas en 3 cantones: Otavalo, Pedro Moncayo y Cayambe, esa es la jurisdicción de la Confederación y tiene una planicie importante conformada en su mayoría por páramos.

E. Agustín, puedes darnos un breve resumen de cómo está la situación actual en esta parte del Ecuador.

AC.- Gracias, actualmente estamos viviendo no solo la pandemia sanitaria, sino la enfermedad de la corrupción y de la mala política. Evidentemente esto agarró a todas las autoridades de manera imprevista, tanto nacionales, locales, como provinciales.

A través de los pueblos y comunidades, siempre hemos venido trabajando, incluso antes de la pandemia. Trabajamos para fortalecer nuestros propios conocimientos, nuestra propia medicina, la soberanía alimentaria, fundamentalmente en el páramo, se trabaja para mejorar en especial el agua, tanto para el riego, para el uso cotidiano.

En general, para las autoridades fue algo desprevenido, muy complicado en la parte urbana de estos territorios, en la parte rural no hubo mayor complicación, ni muchas muertes.  Lo bueno ha sido que muchos de nuestros mayores tienen el conocimiento para preparar medicinas y teniendo su propio alimento del mismo lugar, es decir alimento sano y propio de la región, desde antes se viene haciendo soberanía alimentaria a través, de las papas, las habas, las ocas, los mellocos, las lentejas, el maíz que existen en nuestro territorio. Por lo tanto, en las comunidades no ha habido muertes como en las ciudades. En las ciudades, en la parte urbana, si hubo porque no han respetado las medidas de bioseguridad.

Desde Cayambe nosotros hemos estado trabajando para solventar, orientar, dotando, gestionando, el aseo personal, mascarillas, jabones, gel, alcohol, para llegar a las comunidades.

E. Ustedes han dotado a las comunidades, de esos implementos, con sus propios recursos?

AC. La ventaja para nosotros fue que trabajamos en coordinación con la Alcaldía de Cayambe, actualmente el Alcalde es un compañero indígena, él conoce de la realidad que se vive y a través de este trabajo coordinado, sobre todo con la Unidad de Protección de Derechos que es una institución adscrita al Municipio de Cayambe, hemos podido solventar para las comunidades todo lo que mencioné. Gran parte del Estado no dio apoyo directo, los hospitales estaban saturados, por falta de presupuesto, de personal, de doctores. Nosotros al final, solo hemos tenido esta coordinación con el municipio. Ahora se ha conformado un grupo intersectorial para llegar a cada uno de los sectores e impulsar el trabajo de información y de formación por ejemplo en medicina ancestral.

E. Hablando de la falta de apoyo del Estado, qué nos puedes decir respecto a la realidad de las comunidades en el plano económico.

AC. En el plano económico hemos tenido si muchas dificultades. Los toques de queda y los cierres de los lugares de abastecimiento afectaron muchísimo a la población. En esta región por ejemplo que también es de producción de leche, se ha visto mermado su consumo, entonces los productores o recibían menos por el litro de leche o no vendían. Se ha despedido a miles de trabajadores, y otro ejemplo, con las empresas florícolas de la región, aprovechándose de la Ley humanitaria que el gobierno generó, hubo muchos despidos y disminución de horas laborables, lo cual ha afectado mucho en el plano laboral de compañeros que trabajan ahí.

E. Muchos lugares vivieron escases de alimentos ¿Cuál fue el caso en tu región?

AC. Nosotros desde antes, hemos estado trabajando, tenemos un grupo de productores y un grupo de sabios, con los que hemos estado trabajando y organizamos ferias comunitarias. Entonces, en esta época, las ferias comunitarias se fueron organizando mediante las normas de bioseguridad, para poder dar sustentabilidad, fortaleciendo, dando dotación de semillas por ejemplo y dando cursos, talleres, seminarios para enseñar y fortalecer la soberanía alimentaria en este territorio.

E. Se ha sabido de casos en los que desde las comunidades se ha compartido la base de su producción con otras regiones, puedes hablarnos de ello?

AC. Si, en general nosotros practicamos la solidaridad y en esta ocasión pues nos tocó a nosotros. Como todos saben, en octubre del año pasado en Ecuador se vivió un paro general en rechazo al decreto supremo 883. Desde ese entonces ya veníamos con varios problemas económicos. En ese marco, los compañeros migrantes que viven allá nos colaboraron y nos apoyaron en el momento en el que estuvimos en resistencia alrededor de 12, 13 días. Nos apoyaron sobre todo con alimentación y cobijo. Por lo tanto, en la crisis sanitaria que estamos viviendo, ahí nosotros hemos sido solidarios con nuestros compañeros que están en la ciudad de Quito. Se ha organizado envíos con la producción de nuestra región, como ha ido disminuyendo el consumo de leche, entre otras cosas porque se cerraron las escuelas y es para dotar de galletas y leche, que compraban la producción lechera de la región. Entonces, ha habido sobreproducción de leche y con eso nos hemos organizado para entregar y regalar, tanto aquí a los cantones, como en la capital de Quito. Tanto leche como como papa y otros productos.

La solidaridad es un principio de convivencia nuestro, ahora mismo en el páramo estamos viviendo quemas. Se quemaron 4000 hectáreas de páramos. Y ahora ahí está la gente trabajando en apagar los incendios. Nosotros siempre hemos privilegiado el trabajo comunitario en todo nivel, se maneja el uso comunitario de agua, de los páramos. De esa forma hemos trabajado y seguimos trabajando en comunidad.

E. Ahora que ya han disminuido las medidas restrictivas, pese a que no ha pasado la pandemia. Qué es lo que viene para ustedes, en qué están trabajando ahora en relación a la Pandemia

AC. Ahora estamos trabajando en la apertura de escuelas, pero recomendando siempre el consumo de alimentos propios, de medicinas propias y enfatizando en el cumplimiento de las normas de bioseguridad, para que no haya aumento de contagios.

En nuestras comunidades, nos enseñamos a no esperar del Estado. Porque no llega o con suerte llega, pero de manera mínima. Para que tengan una idea, en las parroquias (que son la forma de organización más chica) han enviado raciones de alimentos para las personas más vulnerables, ancianos, personas con discapacidad, pero ni eso ha sido suficiente. En una parroquia de 6000, 7000 habitantes, han enviado 150 raciones.

Entonces, en general, para evitar la propagación del virus lo que vimos que funcionó son las disposiciones de las autoridades indígenas. Es el cierre de las comunidades. No se permitió el ingreso a personas externas a las comunidades.

Y ahí es que trabajamos para fortalecer el consumo de lo orgánico, lo natural. La cuarentena dotó la idea de crear propios huertos, o huertas comunitarias. Fortaleciendo la chacra, la siembra de productos agroecológicos, orgánicos. Existe el grupo de productores y productoras del Pueblo Cayambe y ahí se fueron metiendo más los jóvenes, porque como no tenían qué hacer, estábamos en cuarentena, entonces se metieron a aprender a producir en lo que se encontraba, en tachos, en trastos, en recipientes pequeños, no importaba, lo importante era que aprendan de los productores.

Eso nos provocó desabastecimiento de plántulas de hortalizas, todo mundo necesitaba. Por eso nosotros hemos estado trabajando en construir un invernadero, para nosotros mismos producir y dotar de esas plántulas a quienes quieran generar sus huertos.

Algunos sectores se han organizado y los jóvenes están haciendo las chacras comunitarias, pero con enfoque agroecológico, con el fin de no contaminar, de hacer un uso responsable del agua, para que sepan hacer un riego consiente. De esta forma hemos estado trabajando.

E. Hablando de los espacios productivos, ¿cómo están lidiando con el tema de los monocultivos?

AC. En esta región algunos compañeros han estado tratando de incursionar en plantaciones florícolas, pero nosotros no estamos de acuerdo con eso, porque son monocultivos, porque se usa químicos, se genera plástico inservible. Entonces preferimos apoyar a las chacras comunitarias y les exigimos que en una parte se diversifique la siembra, para dejar espacio para la soberanía alimentaria, dando espacio para la biodiversidad.

Por ejemplo, para los compañeros que tienen vacas, que solo siembran pasto, les hemos demostrado que, en esta época de pandemia, el monocultivo no sirve, entonces los hemos alentado a que hagan siembra diversificada, para que sembremos y consumamos eso que tenemos.

Ahí otro aspecto importante de la siembra en huertos son por ejemplo las plantas medicinales. Nosotros generamos bebidas con plantas medicinales, como también gel y desinfectantes hechos en base a preparados propios, creados mediante plantas medicinales. Y eso hay que saber bien, porque hay plantas calientes y frías, hembras y machos. Entonces no se puede usar una planta caliente para tratar la fiebre, tenemos que buscar plantas frías.

Por eso, hemos trabajado con el conocimiento de los compañeros y compañeras, para generar nuestros propios medicamentos. Son alrededor de 30 o 40 plantas, que las compañeras conocen sus usos, pero en su cabeza. Entonces estamos trabajando para sistematizar ese conocimiento, tanto en lo relativo a la medicina ancestral, como en lo referente a la soberanía alimentaria.

Pensamos hacer exposición de esos conocimientos, hemos construido un lugar para hacer la exposición de esos medicamentos que hemos preparado, y de las propiedades de las plantas que tenemos.

E. Para concluir, quieres expresar alguna recomendación, algún mensaje.

AC. Tomar en cuenta que no hay claridad sobre el Sumak Kawsay, el Buen Vivir, y la élite se aprovecha de eso y se necesita hacer conciencia para que los gobiernos apoyen la identidad cultural. Valorar lo que tenemos como costumbres, identidad, y dar respuestas como en estos tiempos adversos de pandemia, mediante el cuidado de nuestros conocimientos. Si no valoramos lo que somos, lo que tenemos, nuestras propias medicinas, nadie nos va ayudar. Somos nosotros en comunidad que podremos avanzar. Si no fuera por nuestros propios conocimientos, no hubiéramos podido sobrellevar esta pandemia. Con eso, envió un saludo desde el Pueblo Cayambe.

PUEBLO BRIBRI, COSTA RICA

En este caso conversamos con Marina López Morales de la comunidad BriBrí de Costa Rica. Presidenta de la Asociación de Mujeres Talamanca ACOMUITA, que es una organización constituida por 75 mujeres de las comunidades bribris y cabécares de Talamanca, en su mayoría son productoras de cacao, banano y plátano y jefas de hogar. El propósito de la organización es recuperar el protagonismo y rol activo de las mujeres en la economía y las políticas locales.

E. ¿Cómo vivieron la época de la Pandemia en su región?

ML.- Fue una situación muy dura en el territorio y lo sigue siendo, fuimos el primer territorio en ser afectado porque la parte institucional de los gobiernos fueron coordinando con el gobierno local que es asociación de desarrollo, pero ellos no coordinador con las comunidades, para nosotros se debía empezar a trabajar con la gente de la comunidad, y las familias no entendían por qué se tomaban ciertas medidas.

La Pandemia pegó muy duro y hubo muchas muertes, más que todo en adultos, y como en 7 comunidades fue así.

E. ¿Cuáles fueron las medidas que usted cree que son las que más afectaron a la comunidad?

ML.- La primera fue la cuarentena y lo cierto es que nosotros no estamos acostumbrados a la cuarentena, es una cosa nueva. Era difícil de comprender, entonces la gente que se enfermaba, se iba a la montaña, para que no se la moleste, dejaba de trabajar en la finca y se iba a la montaña. Muchos

Con respeto a la salud alimentaria, cada uno tiene su parcela y tenemos nuestros propios alimentos y sobrevivimos mediante eso. Tenemos nuestro banano, nuestro maíz y frijoles, de eso vivimos. Yuca, chanchos, gallinas, ese es nuestro sustento diario.

La ayuda del gobierno como por ejemplo con una orden sanitaria, a veces no explican a la gente qué es y por qué tienen que guardarla, por qué deben quedarse en sus casas, por qué no deben salir o porqué lavarse las manos cada momento. Por qué no ir a la finca, no visitar otras familias, lavarse las manos etc. Ya que la gente no lo entendía.

Y si uno no tiene la orden sanitaria, no puede solicitar ayuda del gobierno. Sin la orden sanitaria no puede pedir ayuda a las instituciones en general.

E. ¿En qué consiste la orden sanitaria?

ML. Es el control que hace el Ministerio de salud, te hace la prueba, a los 4 días recién se da un documento que diga que hay que aislarse 14 días, y con esa orden sanitaria es que se supone que podemos presentar a la Comisión para la ayuda de alimentación. Pero no eso no es eficaz.

Ahora, si tienes la orden, es porque estás enfermo y entonces no trabajas y si no te dejan trabajar, no hay forma de conseguir todo lo que te dicen que necesitas como implementos de salubridad, el alcohol en gel, jabón, barbijos, todo lo de limpieza.

E. ¿Cómo evalúan el tema de la reactivación post-covid19?

ML. Es algo que estamos viendo cómo hacer, pero en este momento lo que nos tiene afectados es el paso de los huracanes que están afectando en las montañas. La cantidad de lluvias ha provocado un derrumbe hacia el río y eso afectó la pesca.

Entonces estamos conversando para ver medidas de coordinación para reactivar la pesca ya que fue muy afectado por el huracán creando una desestabilización. Hay muchos peces muertos.

En general, podemos decir que las familias que somos productores de banano y cacao, no tenemos mucho problema. Hay algunas familias en las que si hubo afectación, porque ya no se estaba vendiendo los productos que teníamos para vender. Pero también es un tema de temporada.

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